Obama aseguró que no ha tenido contacto alguno con Blagojevich acerca del escaño y tiene «toda la confianza del mundo» en que nadie entre su personal ha mantenido tampoco contactos con la oficina del gobernador sobre el asunto. Obama prometió que en los próximos días se reunirán todos los datos sobre posibles contactos de su personal y la oficina del gobernador y se harán públicos para demostrar que no se ha hablado en absoluto sobre el escaño.
El gobernador fue detenido después de que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) interviniera sus conversaciones y se le grabara afirmando que no decidiría sobre el escaño «a cambio de una puta nada». Según el futuro mandatario, la transcripción de las conversaciones pone de manifiesto que Blagojevich «no nos consideraba susceptibles de llegar a un acuerdo».
En la transcripción, el gobernador se refiere al presidente electo con una serie de insultos y términos denigrantes.
Llamamiento a la dimisión
Según apuntó Obama, si su equipo se hubiera rebajado a tratar con el gobernador sobre la adjudicación del escaño «hubiera representado una violación de todo aquello por lo que hemos luchado en esta campaña electoral, y no es así como nos comportamos».
El presidente electo reiteró su llamamiento de los últimos días para que Blagojevich, que el miércoles se reincorporó a su oficina, presente su dimisión. «Bajo estas circunstancias, el gobernador no puede seguir sirviendo como debe a la gente de Illinois», sostuvo Obama, quien aseguró que se siente «tan decepcionado y asqueado como el que más» con este caso.
Según recordó, «los escaños del Senado no le pertenecen a nadie para hacer negocio con ellos», sino que deben recaer en la persona más cualificada para servir a la gente que representan.
El fiscal que investiga el caso de corrupción, Patrick Fitzgerald, ha insistido en que el presidente electo no está relacionado ni tenía conocimiento de las maniobras de Blagojevich.
Nuevo equipo de Salud
La rueda de prensa tenía como objetivo presentar el equipo de Salud de la próxima Casa Blanca, que según anunció Obama estará encabezado por el ex líder demócrata en el Senado Tom Daschle.
Daschle, que ya encabeza el grupo de trabajo sobre la reforma de la Salud Pública en el equipo de transición del presidente electo, también ocupará el puesto de director de Reforma Sanitaria en la Casa Blanca.
Obama aseguró que hará de la reforma del sistema sanitario una de las prioridades de su gobierno pese a la crisis económica, al afirmar que «los costes disparados de la sanidad están castigando a las familias y las empresas de todo el país. Nos encontramos en un camino insostenible, y eso tiene que cambiar».