La elección de un nuevo presidente en Estados Unidos y sus posturas de diálogo con Teherán preocupan en Israel, que deja la puerta abierta a cualquier opción, incluida la militar, si fracasan los esfuerzos diplomáticos. La primera que sugirió el mecanismo disuasorio de un «paraguas nuclear» fue la secretaria de Estado designada, Hillary Clinton, durante su campaña electoral para ganar la candidatura demócrata.
Clinton defendió entonces que había que ofrecer a Israel y a los regímenes árabes aliados de Estados Unidos -como Arabia Saudí y los Estados del Golfo- una «capacidad de disuasión» como para que Irán se pensara dos veces si decidía atacarles. «Irán debe saber que un ataque contra Israel conllevará una respuesta masiva», dijo en su día.
Israel también se vería respaldado por un nuevo sistema antimisiles estadounidense que se agregaría al suyo propio, operativo desde hace varios años. A tal efecto, un radar de ese nuevo sistema fue desplegado en el desierto del Neguev (sur) en los últimos meses.