El pasado domingo, el Ejército de Pakistán lanzó una redada contra instalaciones del grupo secesionista cachemir Lashkar-e-Toiba (LeT) en la Cachemira paquistaní y detuvo a una veintena de sospechosos. Y este jueves, el titular de Interior de Pakistán, Rehman Malik, anunció que el Gobierno ha decidido proscribir el JuD, una organización educativa y de asistencia bajo cuyas siglas se esconde el LeT, según la India.
La decisión del Ejecutivo paquistaní, que supuso el cierre este jueves de algunas oficinas del JuD en Karachi y el arresto domiciliario de su líder, Hafiz Mohamed Said, sigue a la decisión adoptada este miércoles por el comité antiterrorista del Consejo de Seguridad de la ONU de añadir el grupo a su «lista negra» de terroristas.
Singh expresó su satisfacción por la decisión de la ONU, pero pidió a la comunidad internacional que el «deseo político» de combatir el terrorismo se «traduzca en acciones concretas y sostenidas sobre el terreno». «La infraestructura del terrorismo tiene que ser desmantelada completamente», dijo Singh, quien mantuvo que «el epicentro del terrorismo se localiza en Pakistán» y que el mundo ha de asegurarse que este país acaba con esa amenaza.
Singh dijo que su Gobierno ha «tomado nota» de las acciones emprendidas por Pakistán pero añadió: «claramente, hace falta hacer mucho más». El primer ministro reiteró la «determinación» de su Gobierno de vencer al terrorismo y pidió que no se confunda su «moderación» con «debilidad». «Hasta ahora, hemos actuado con la máxima moderación, pero que nuestro compromiso con las normas civilizadas no sea tomado por un signo de debilidad», advirtió.
En la sesión especial del Parlamento indio, televisada por las cadenas del país, intervinieron con un mismo mensaje Singh y los titulares de Exteriores, Pranab Mukherjee, e Interior, Palaniappan Chidambaram, si bien estos dos últimos ofrecieron cifras distintas de las víctimas mortales del ataque a Bombay (179 el primero y 164 el segundo).
Incompleta colaboración contra el terrorismo
Mukherjee cifró en 40 el número de presuntos terroristas que la India ha reclamado a Pakistán desde que los dos países establecieron, en el 2007, un mecanismo de lucha conjunta contra el terrorismo. «Lo que estamos diciendo al Gobierno de Pakistán es que actúe». «Una mera expresión de determinación no es suficiente», dijo el ministro, que descartó que la guerra con el país vecino sea la solución pero le conminó a no justificar el terrorismo en el contencioso que ambos mantienen por Cachemira desde 1947. De momento, el Ejecutivo de Islamabad ha insistido en que no entregará a los detenidos a la India, sino que los investigará y juzgará si obtiene pruebas contra ellos.
En la sesión ante el Parlamento de Delhi, el ministro Chidambaram admitió que hay «lagunas» en la estructura de seguridad e inteligencia que impidieron prevenir el atentado y anunció la puesta en marcha de una serie de medidas antiterroristas.
El Gobierno propondrá leyes para «fortalecer las provisiones legales relativas a la prevención, investigación, procesamiento y castigo de los actos terroristas», entre ellas la creación de una Agencia Nacional de Investigación y enmiendas a la normativa contra el blanqueo de dinero, explicó, y pidió su rápida aprobación a la Cámara.
El debate concluyó con una resolución unánime de apoyo al Gobierno y condena a Pakistán por permitir que el oficialmente proscrito LeT «continuara operando y lanzando ataques terroristas contra la India».
Entretanto, un juez de Bombay amplió este jueves hasta el próximo día 24 el plazo de detención preventiva del único terrorista capturado vivo durante el ataque a Bombay, identificado por las autoridades como un paquistaní militante del LeT.