Los Gobiernos de los 27 países miembros de la Unión Europea se encaminaban ayer hacia un acuerdo que une medidas a largo plazo para luchar contra el cambio climático, con la batalla a corto plazo para luchar contra la recesión económica. Sin embargo, en la víspera de la cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno que tendrá lugar los próximos dos días en Bruselas, diplomáticos y funcionarios de la UE afirmaron que las conversaciones aún podrían fallar, aunque las áreas de desacuerdo eran cada vez más pequeñas.
La cumbre de esta semana pondrá a prueba la credibilidad de la UE en cuestiones de cambio climático, ya que su influencia en las conversaciones internacionales sobre la materia que tendrán lugar el próximo año, dependerá de si es capaz de llegar a un acuerdo sobre paquete de ambiciosos y políticamente dolorosos pasos, para conseguir un recorte del 20% en las emisiones de gas invernadero en 2020 sobre los niveles de 1990. En economía, el borrador de comunicado de la cumbre ilustra como Alemania y sus aliados han tomado una postura firme insistiendo en que la recuperación económica en la UE, incluyendo el propuesto estímulo fiscal, debe incluir la necesidad de mantener la disciplina fiscal.