No así el fabricante de semiconductores Infineon, que arrastra un déficit millonario, en parte debido a la situación agónica de su filial Qimonda, en la que tiene un 75%.
Infineon reveló esta semana que aumentó la pérdida neta en el año fiscal 2008 hasta 3.122 millones de euros, ocho veces y media o un 748,4% más que en el ejercicio anterior por el descenso de los precios de sus productos. Las pérdidas de Qimonda rondan los 519 millones de euros.
Según declaró hoy el portavoz de Infineon, Peter Bauer, el consorcio prevé además una caída del volumen de negocio en 2009 del 15%, como mínimo.
Bauer recordó que una buena parte de su cartera de clientes son fabricantes de automóviles, uno de los sectores más castigados hasta el momento por la crisis financiera internacional.
En el caso de ThyssenKrupp, la situación no es más esperanzadora, pues la crisis de los constructores de automóviles -un tercio de su clientela- ha obligado al consorcio a reducir su producción de acero hasta un 30%.
El jefe de ThyssenKrupp, Ekkehard Schluz, adelantó hoy al diario económico Handelsblatt que, pese a confiar en una reactivación de la demanda, la empresa revisará a la baja sus objetivos en el 2009.
Mientras, la dirección de ThyssenKrupp ha abierto un diálogo con los sindicatos con miras a una reducción de la semana laboral.
Un portavoz sindical dijo hoy que el consorcio quiere introducir esas medidas en febrero, marzo como muy tarde, aunque no ha especificado cuantos de sus 41.000 asalariados se verían afectados.
En términos generales, la asociación del metal calcula que la crisis del automóvil se ha traducido en una reducción de los pedidos en el sector del metal del 16%.
Por las mismas razones, agregó el portavoz de ese gremio, Peter Klotzki, la cartera de pedidos en el industria electrónica ha menguado en los últimos meses un 10%.
La empresa asesora Research & Consulting, no prevé una mejora de la rama del metal y el acero a corto plazo, pues a juicio de estos consultores la situación económica mundial hace prever que la producción mundial caerá el año próximo un 2%.
En las empresas más dependientes del automóvil, sector que emplea a una de cada siete trabajadores en Alemania, la situación se torna dramática.
El fabricante de componentes Continental, que como ThyssenKrupp e Infineon forman parte de las treinta grandes empresas alemanas del índice DAX de la Bolsa de Fráncfort, el parón de pedidos ha puesto en jaque sus finanzas.
Según publica hoy el diario Financial Times Deutschland, el consorcio, que cojeaba desde la adquisición, por 11.400 millones de euros de Siemens VDO, ha iniciado negociaciones con los bancos para la concesión de un crédito de 11.000 millones de euros.
La situación económica de su principal accionista ennegrece aún más el panorama de Continental. Un informe del banco de inversiones Perella Weinberg sostiene que el grupo familiar Schaeffler necesita con urgencia entre 4.000 y 7.000 millones de euros.
El banco sostiene que la crisis del sector del automóvil y la adquisición de Continental han hecho que el endeudamiento neto de Schaeffler haya aumentado hasta los 11.000 millones de euros, seis veces más que su resultado antes de intereses e impuestos.
«Todos éramos conscientes de los riesgos que se escondían en la adquisición de Continental. La cuestión ahora es cómo resolvemos entre todos esta situación», declaró el vicepresidente del consejo de vigilancia de Schaeffler, Werner Bischoff.