Levin señaló que, a estas alturas y tras el fracaso del plan de rescate en el Senado la noche del jueves, el uso del plan de 700.000 millones de dólares aprobados para Wall Street «es la forma más veloz, más factible, más inmediata y más segura» de ayudar a Detroit.
El senador de Michigan reaccionó así poco después de que el Departamento del Tesoro informase el viernes de que está listo para ayudar a las tres empresas y evitar un colapso que podría provocar millones de despidos.
«Dado que el Congreso no actuó, estamos listos para impedir un derrumbe inmediato hasta que el Congreso inicie su nuevo período (de sesiones) y actúe para ocuparse de la viabilidad de la industria a largo plazo», dijo la portavoz del Tesoro, Brooklyn McLaughlin.
El Tesoro explicó que intervendrá con préstamos destinados a GM, Ford y Chrysler hasta que el Congreso tenga tiempo para considerar un plan de socorro de largo plazo cuando inicie la 111ª sesión legislativa en enero del 2009.
La Casa Blanca, por su parte, sugirió que podría echar mano del plan de rescate de la industria financiera, algo a lo que se había negado hasta ahora.
«Estoy esperanzado de que el presidente actuará pronto para evitar este colapso y su consiguiente calamidad para nuestra economía», puntualizó Levin en un comunicado.
El cambio de estrategia de la Casa Blanca refleja la profunda preocupación dentro y fuera de Washington sobre la crisis de liquidez que afrontan los Tres Grandes de Detroit y qué hacer para propiciar la reforma y viabilidad de la industria a largo plazo.
La minoría republicana en el Senado, descontenta con el plan de rescate aprobado por la Cámara de Representantes la noche del miércoles, bloqueó la votación de la medida la noche del jueves.
Los demócratas necesitaban 60 votos para impedir cualquier táctica dilatoria de los republicanos pero, al final, la votación para proseguir con el voto del plan se quedó corta: 52-35, con lo cual la legislación quedó sepultada en pugnas partidistas.
«Estoy terriblemente decepcionado de que no hemos podido concluir esto», dijo el líder de la mayoría del Senado, Harry Reid, después de que fracasaran las negociaciones sobre el plan de rescate.
«Hemos intentado muy, muy duro llegar a un punto en el que pudiéramos aprobar una ley para la industria automotriz», dijo Reid, quien responsabilizó a los republicanos del fracaso.
El senador republicano de Tennessee, Bob Corker, había propuesto una alternativa que, entre otras cosas, pedía más sacrificios del gremio de trabajadores de la industria y exigía que las empresas presentaran, para el 15 de marzo del 2009, un plan detallado para reducir su deuda en dos tercios.
Corker ha convocado el viernes una rueda de prensa para discutir las fallidas negociaciones sobre el rescate de Detroit.