miércoles, noviembre 6, 2024
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Miles de trabajadores italianos piden más medidas contra la crisis

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«La adhesión ha sido muy buena y en algunas fábricas incluso pararon el doble de los afiliados», y se citó como ejemplo la adhesión del 50% de los trabajadores de la operadora Telecom en Florencia y el 55% de empleados que no acudieron al trabajo en la fábrica símbolo del grupo automovilístico Fiat, la de Mirafiori, en Turín.

Sin embargo, para el ministro de Trabajo, Maurizio Sacconi, «la adhesión a la huelga fue bajísima y entre los funcionarios públicos se registró sólo un 7% de participación», mientras que la asociación de consumidores, Confcommercio, informó de que en el sector sólo el 1% de los trabajadores se sumó a la protesta.

Esta huelga general ha sido la primera que se convoca desde que la coalición conservadora de Silvio Berlusconi subió al poder en abril pasado, pero su impacto fue limitado ya que no contó con el apoyo de los otros dos mayores sindicatos italianos, CISL y UIL, que en otras ocasiones se habían presentado juntos a este tipo de movilizaciones.

Además CGIL desconvocó la huelga general para el sector de los ferrocarriles ante el mal tiempo que se abate en últimos días sobre el país, lo que habría provocado importantes problemas para los ciudadanos.

También suspendió el parón de los trabajadores de los medios de transporte público en Venecia, afectada por la crecida de la marea, la llamada «agua alta», y en Roma, que ha sufrido graves inundaciones en las últimas horas.

CGIL comunicó que en Bolonia participaron a la manifestación cerca de 200.000 personas, en Milán salieron a la calle cerca de 80.000 trabajadores, en Venecia fueron unos 50.000, mientras que 40.000 se reunieron en Florencia, Génova, Turín y Roma, entre otras.

En Bolonia, donde participó el secretario general de CGIL, Guglielmo Epifani, la manifestación resumía con una gran pancarta las peticiones del sindicato al Gobierno «Más trabajo, más salario, más pensiones y más derechos».

Epifani acusó al Gobierno de no haber afrontado con seriedad al crisis financiera, al contrario del resto de países europeos, sobre todo para salvaguardar a los trabajadores con contrato precario, jubilados y a las familias.

El secretario general de CGIL recordó que hasta ahora 400.000 trabajadores han tenido que ser despedidos temporalmente, y aseguró «que lo peor está por venir». Ante el «éxito» de la huelga, sobre todo en las fábricas, según Epifani, el Gobierno de Berlusconi tendría que convocar inmediatamente a los sindicatos para oír sus propuestas.

CGIL propone la creación de fondos para garantizar al menos el 80% del sueldo para los trabajadores que por la crisis tengan que ser despedidos temporalmente y pide detracciones fiscales para las pagas extras.

El Gobierno aprobó una serie de medidas contra la crisis económica por un total de 80.000 millones de euros, de los que 2.400 millones se destinarán a las familias, trabajadores y jubilados con menores recursos económicos a través de desgravaciones fiscales que comenzarán en el 2009.

Pero el sindicato considera que las medidas dedicadas a las familias son escasas, ya que, por ejemplo, las desgravaciones fiscales para quien no superen los 15.000 euros anuales será de 200 euros al año.

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