El Gobierno de Pakistán anunció el pasado jueves que se disponía a proscribir el JuD (aunque la notificación oficial aún no se ha hecho pública), que el día anterior había sido incluido en la lista de organizaciones terroristas de la ONU a petición india.
El comité antiterrorista del Consejo de Seguridad de la ONU también incluyó cuatro nombres en la lista de terroristas, entre ellos el líder del JuD, Hafiz Mohamed Said.
La India acusó al JuD de servir de cobertura para el anteriormente proscrito Lashkar-e-Taiba (LeT), grupo que lucha por la anexión de Cachemira a Pakistán al que las autoridades indias culpan del asalto terrorista a la ciudad de Bombay de fines de noviembre pasado. Said, que fue el fundador del LeT y, al ser éste proscrito en el 2002, pasó a encabezar el JuD, fue puesto el pasado jueves bajo arresto domiciliario en la ciudad oriental de Lahore, capital de Punjab, por un periodo de tres meses, según la Policía.
Además, el Banco Estatal de Pakistán ordenó la congelación de todas las cuentas bancarias del JuD, sus líderes y de dos organizaciones «hermanas», las fundaciones Al Rashid y Al Akhtar, según un portavoz.
«Obligaciones internacionales»
En un comunicado, el ministro de Exteriores, Shah Mehmud Qureshi, confirmó este viernes que su Gobierno estaba cumpliendo con sus «obligaciones internacionales» al actuar contra los grupos e individuos declarados terroristas por la ONU. Qureshi recordó que Pakistán «ya ha comenzado sus propias investigaciones» en relación a las «acusaciones sobre la implicación de ciertos individuos de origen paquistaní en el ataque terrorista a Bombay», y se quejó de que la India no facilite pruebas que las apuntalen.
«Nuestras investigaciones no pueden avanzar a partir de cierto punto si no recibimos información creíble y pruebas sobre los atentados de Bombay», advirtió el ministro. «A pesar de nuestros requerimientos, ninguna prueba o información ha sido compartida por la India con nuestro Gobierno hasta ahora», añadió, para reiterar la oferta de investigación conjunta que hizo al Ejecutivo indio.
Su portavoz, Mohamad Sadiq, cuestionó este viernes incluso que el único detenido durante el asalto a Bombay sea paquistaní como afirma la India, que lo ha identificado como Mohamed Ajmal Amir, originario de la provincia de Punjab.
Sadiq dijo al canal Dawn TV que Pakistán no ha pedido acceso consular a Amir pues aún no ha recibido «información oficial alguna» sobre su identidad y nacionalidad, aunque la prensa paquistaní ya se ha hecho eco de unas declaraciones de su padre que lo identifica como la persona cuya foto ha dado la vuelta al mundo.
«Epicentro del terrorismo»
Pakistán, reiteró Qureshi, «tiene la firme convicción de no permitir el uso de su territorio para actos de terrorismo. El propio Pakistán ha sido víctima del terrorismo».
Las declaraciones de Qureshi seguían a las que el pasado jueves hizo la plana mayor del Gobierno indio en el Parlamento, en un debate especial dedicado al atentado en Bombay, en el que calificaron a Pakistán de «epicentro del terrorismo». El primer ministro indio, Manmohan Singh, exigió «mucho más» al Gobierno paquistaní y reclamó al mundo que se cerciore de que Pakistán «desmantela completamente» la infraestructura terrorista que opera en su territorio contra la India.
La India ha demandado a Pakistán la entrega de decenas de sospechosos de terrorismo, incluido Said, pero Qureshi volvió a responder en su último comunicado que Pakistán llevará a cabo sus investigaciones de acuerdo con sus propias leyes.
Antes de la operación contra el JuD, el domingo pasado las fuerzas de seguridad paquistaníes emprendieron una redada contra instalaciones del LeT en la Cachemira paquistaní en la que detuvieron a una veintena de personas.