Según explicó Claus Matecki, miembro de la presidencia de la DGB, Alemania debería destinar el 2,5 por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB) al rescate de la economía.
El acuerdo sellado hoy en el Consejo Europeo de Bruselas contempla un programa de 200.000 millones de euros, que incluye el programa de 32.000 aprobado por Berlín, lo que equivale sólo a un 1,5 por ciento del PIB alemán en dos años, o sea, la mitad para cada año.
En 2009, el volumen del programa debería abarcar, según Matacki, 60.000 millones de euros, y en 2010, otros 40.000 millones de euros.
Con ello, advirtió, no se puede impedir la desaceleración económica pero sí amortiguar y acortar el impacto de la crisis.
Concretamente, al DGB propone emitir bonos de consumo de 250 euros para cada ciudadano que tenga unos ingresos anuales inferiores a los 35.000 euros. Además, pide que se pague una prima de 3.000 euros a toda persona que tenga un automóvil de una antigüedad superior a diez años y esté dispuesta a desguazarlo.
El catálogo de propuestas contempla además elevar de 351 a 420 euros mensuales el subsidio a los desempleados crónicos y elevar de alrededor de 7.500 hasta 8.500 euros anuales los ingresos mínimos exentos de impuestos.
A ello se añaden, inversiones públicas en educación, medio ambiente, tráfico y obras de modernización de hospitales por valor de unos 30.000 millones de euros.
Matecki calificó de «raquítico» el programa actual y anunció que presentará sus propuestas en la ronda que se celebrará el domingo en la Cancillería.
Según el dirigente sindical, Alemania no puede permitirse una actitud pasiva pues cada punto que se pierde en el crecimiento económico constituye una pérdida de riqueza económica de unos 25.000 millones de euros.
La propuesta de la DGB contempla que el programa de ayudas se financie con un aumento del tipo impositivo máximo y del patrimonio, así como un mayor endeudamiento.
El vice-portavoz del gobierno, Thomas Steg, frenó hoy las espectativas de que de la cita en la Cancillería puedan salir acuerdos concretos y subrayó que el objetivo es hacer un amplio análisis de la situación con el objetivo de preparar la reunión que celebrarán los socios del gobierno el próximo 5 de enero.
En esta primera reunión, añadió Steg, se podría hacer una primera apreciación de si será o no necesario lanzar un segundo programa de ayudas, y los participantes podrían elaborar una lista en la que figuren diversas medidas, con sus pros y sus contras.
Ante las diversas presiones desde dentro y fuera del país, el gobierno de Merkel no se ha cansado de repetir en las últimas semanas que, de ser necesario, el gobierno reaccionará «con rapidez» a cualquier necesidad económica adicional.