En torno a las 03.00 hora local, los insurgentes asaltaron el centro de suministros y estacionamiento de Bilal, situado a unos siete kilómetros de la capital de la Provincia de la Frontera del Noroeste (NWFP), y utilizaron cohetes y otro tipo de artillería para destruir los vehículos. De acuerdo con esta versión, en el recinto se registraron varias explosiones y hubo fuego durante varias horas.
Se trata del sexto ataque contra vehículos de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), misión bajo mando de la OTAN en Afganistán, desde finales de noviembre. Más de dos centenares de camiones, contenedores y algunos vehículos blindados han sido destruidos desde entonces por la insurgencia talibán.
Pakistán constituye la principal ruta para los suministros de las fuerzas de la OTAN en Afganistán: unos 300 camiones cruzan la frontera a diario a través del famoso paso limítrofe de Khyber, y los analistas calculan que el 80 por ciento de los suministros de las fuerzas extranjeras llegan por esta vía.
Aunque la mayoría de buques con suministros atracan en el puerto meridional paquistaní de Karachi, desde donde los camiones emprenden su ruta, los ataques suelen registrarse más de mil kilómetros al noroeste, en la conflictiva NWFP, una provincia que ha experimentado un severo deterioro de la seguridad en los últimos meses. Algunas zonas de esta región y especialmente su adyacente cinturón tribal fronterizo con Afganistán son refugio de varios grupos talibanes paquistaníes, aglutinados en el movimiento Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), así como de miembros de la red terrorista Al Qaeda.
El TTP lleva meses amenazando con atacar a todas aquellas personas que colaboren en el transporte de suministros.
Peshawar, el principal objetivo
Desde hace mucho tiempo se registran ataques esporádicos contra los vehículos de la OTAN, normalmente durante su ruta, pero ahora los talibanes parecen centrar su ataques en el centro de suministros de Peshawar.
«Siempre ha habido ataques contra los camiones de la OTAN, pero lo que está sucediendo ahora supone un salto tanto cualitativo como cuantitativo. Demuestra que el Estado ha perdido más control de ciertas zonas», dijouna fuente de seguridad occidental.
Además, la región de Khyber, donde el Ejército llevó a cabo a principios de verano una operación militar, «se ha convertido en un lugar cada vez más peligroso», según la fuente. «Allí operan muchos criminales. Las extorsiones están a la orden del día, pero además algunos grupos se han adherido a los talibanes», expuso otra fuente de inteligencia europea.
Por su parte, el portavoz del Ejército paquistaní, Athar Abbas, admitió que «las medidas de seguridad no son adecuadas» debido a la «escasa fuerza policial en NWFP», pero subrayó que «el problema se resolverá». «Cuando las Fuerzas Armadas custodian el trayecto, no suceden estas cosas», dijo Abbas, quien agregó que «la seguridad se incrementará tanto en ruta» como en los centros de suministro.
Sin embargo, el subcomandante de las fuerzas de guardafronteras Rahmat Khan aseguró este sábado que no dispone de personal suficiente para proteger los centros de suministro y arguyó que la principal responsabilidad de sus efectivos es proteger la frontera afgana, especialmente las áreas tribales.