Hojas que irradian luz y se ramifican en nuevos brotes. Éste es el tema de Par, la exposición individual que Carmen Cólogan inaugura en Madrid este jueves en la galería Gurriarán.
Como en las anteriores muestras individuales, la artista tinerfeña explora la naturaleza y en Par continúa la investigación que comenzó con In Terram Utopicam, en la que empezó a acercarse a la figura del árbol y a partir de ahí comenzó a ahondar «dentro de la propia esencia del objeto», según explicó la artista a ESTRELLA DIGITAL.
Su siguiente exposición, Folia, desarrollaba también esta idea pero desde una fronda de hojas. Ahora, es precisamente ésta la protagonista de la muestra, la pintora se adentra aún más en las formas naturales y convierte a la hoja en el elemento conceptual que se va repitiendo a lo largo de la serie. «Cada vez me voy metiendo más cerca», indicó esta licenciada en Bellas Artes.
«He ido esparciendo la misma hoja desvirtualizándola», explicaba Cólogan al hablar del principal tema de la exposición: la multiplicidad. La artista ha querido partir la hoja, dividirla en diferentes caminos para que se desarrollen a su vez en más.
Otra de las preocupaciones de la pintora es la luz, por influencia de su lugar de origen en las Islas Canarias, como ella misma indicó: «Siempre doy un poco de luz, pero no es para iluminar el objeto que está posado en el espacio, el mismo objeto está iluminado sobre sí mismo».
Al fondo del óleo, el espectador que contempla el cuadro vislumbra formas geométricas que sugieren un laberinto. Éste es otro de los temas que la autora ha desarrollado desde hace tiempo y ahora lo explora más. Como ella misma indicó, se ha inspirado en la obra de Francis Bacon, que en su obra trabajaba en formato de espiral. Así, consigue que estas hojas tengan movimiento en lugar de quedar estáticas.
El uso del color
Estas formas que se parten, simulando a veces una falsa simetría constituyen una obra muy directa, irrealista porque, como Carmen Cólogan indicaba, lo que se trata es de «abstraer la realidad pero sin perder la memoria visual de lo que nosotros vemos».
Asimismo, la pintora explicó que el transfondo de la obra siempre es lineal y va cambiando sobre una misma base, un mismo diálogo, en función de las distintas preocupaciones e inquietudes a nivel personal.
Con exposiciones individuales desde los noventa y colectivas desde 1976, como ARCO, en el 2002, la artista explicó que cada muestra que prepara es distinta, con un catálogo nuevo. De esta manera, cuando finalice en Madrid, llevará Folia a Sevilla. Entre sus próximos proyectos también se encuentra una exposición colectiva con artistas canarios en Praga, para el 2010.
Más a corto plazo expondrá en Dusseldörf y se plantea realizar alguna exposición de esculturas, arte que también ha cultivado junto a retratos realistas o la heráldica. Precisamente, la pintora confesó que de sus trabajos en este campo nace su particular forma de utilizar el color, elemento que considera muy importante.
Por ello, toman protagonismo en la obra los contrastes de color degradado, naranja y azul o negro y verde, rosa y amarillo…; dejando en primer plano las hojas.
La artista, que prefiere galerías privadas, asegura que no tiene nada que ver que las obras sean realistas o irrealistas para que las obras se vendan mejor o peor, ya que las artes están diversificadas y lo importante es pintar bien.
Hasta el próximo mes de febrero, estará expuesto en Madrid este conjunto de obras que tienen la naturaleza, la luz y el color como protagonistas.