En la Sevilla del siglo XVII, la obra nos habla de Don Giovanni, un seductor sin escrúpulos que atrae sobre sí el odio y el deseo de venganza de poderosos enemigos, aunque él mismo no lo descubrirá hasta que ya es demasiado tarde.
La ópera surgió como un encargo a raíz del éxito que tuvo el estreno de la anterior ópera de Mozart, Las bodas de Fígaro. Fue estrenada en el Teatro Estatal de Praga el 29 de octubre de 1787, con gran éxito de crítica y público. Su obertura que compuesta un día antes de su estreno, de manera que fue interpretada por vez primera sin ensayo previo alguno. El libreto está escrito en italiano.
De todas las obras musicales basadas en la leyenda de Don Juan, la de Mozart es la más conocida y generalmente mencionada como la mejor. La ópera fue editada con el subtítulo de dramma giocoso (drama cómico), lo cual indica que no es ni completamente trágica ni cómica. Originalmente, los actores alternaban entre recitativo hablado y arias, pero en las producciones modernas se suele utilizar el recitativo secco compuesto por el mismo Mozart para sustituir el texto hablado.
Ruggero Raimondi encarna al personaje principal en la cinta de Joseph Losey, mientras Kiri Te Kanawa da vida a Doña Elvira. Don Giovanni es un ser solitario y sin moral, destructor del orden social de su época, el modelo del libertario, sedicioso y revolucionario, traidor de su propia casta, desconocido por el pueblo llano.
Una cinta que sigue cautivando
Para los responsables de los cines Verdi, una de las cualidades esenciales de la cinta es que, años después de su estreno en la gran pantalla (1979), el Don Giovanni dirigido por Joseph Losey continúa fascinando. Esto, más allá de la calidad artística, viene dado por la alianza imprevisible e imposible de dos géneros como la ópera y el cine.
La cinta, que se recupera para la cartelera durante las Navidades, ha sido restaurada, tanto musicalmente como en el aspecto del montaje.