La bolsa liquida así un lustro de ganancias continuadas y supera el peor resultado de su historia reciente, la caída del 28,11% de 2002, y otros retrocesos históricos, como el registrado en 1977, cuando la crisis del petróleo le hizo perder el 32,33%, o el 32% de 1931, inmersa en la Gran Depresión.
En cuanto a las principales plazas internacionales, Milán bajó el 49,53%; Hong Kong, el 48,82%; París, el 42,7%; Tokio, el 42,12%; Fráncfort, el 40,37%; el índice Standard and Poor’s 500, alrededor de 40%, y el índice Dow Jones de Industriales, en torno al 35%.
El mercado, al que muchos analistas y firmas de inversión y bolsa le habían augurado una subida próxima al 10% este año, ha tenido que lidiar además con los precios más caros de la energía de la historia -el barril de petróleo Brent alcanzó 147,5 dólares el 11 de julio y ahora se cambia a poco más de 40-.
La carestía de los carburantes, ligada a la debilidad de la divisa estadounidense -el euro alcanzó en abril el máximo histórico de 1,602 dólares-, tuvo un impacto directo en la inflación -el IPC se situó en el 5,3% en julio y baja ahora hasta el 2,4%- y afectó a la actividad y al consumo.
Estas variables, que sentían en sus carnes las restricciones al crédito aplicadas por el sistema financiero ante la falta de solvencia de muchas entidades y el parón económico, indicaban que las economías se dirigían hacia la «estanflación», fenómeno caracterizado por el estancamiento económico conjugado con inflación alta.
La bolsa vivió inmersa en esta espiral hasta el comienzo del otoño, cuando la desesperada situación de muchos bancos estadounidenses y europeos obligó a su nacionalización y se aprobaron múltiples planes de ayuda al sector financiero y de reactivación económica por importe de varios billones de euros -se entierra el ideario «neocon» y se resucita a Keynes-.
Aunque ya al comienzo de año se había acudido al rescate de Bear Stearns, los agujeros dejados en las cuentas del sector financiero por los productos vinculados con las hipotecas de alto riesgo quedaron expuestos entre septiembre y octubre y hubo que salvar a Freddie Mac, Fannie Mae, AIG, Fortis, Dexia, HBOS, Hypo, etc.
El mínimo, en octubre
Mientras se iban preparando los planes de salvamento para estimular la demanda, la bolsa llegaba a finales de octubre, mes en que registró las mayores subidas y bajadas de su historia, al mínimo del ejercicio, 7.737,20 puntos, lo que representaba una caída del 49% respecto a los 15.182,30 puntos con que había comenzado.
Aunque la inflación bajaba al final de año acompasada con el crudo, la caída de los beneficios empresariales, el aumento del paro o la entrada en recesión de varios países -Japón o Alemania-, podían con las agresivas bajadas de tipos -en Europa pasaban este año del 4 al 2,5% y en los Estados Unidos del 4,25 al 1%- y con los planes de reactivación económica.
Así, con el descenso del 0,2% del PIB español en el tercer trimestre, el mercado encaraba el último mes del año con una pérdida del 45%, aunque el plan de obras públicas del nuevo presidente estadounidense, Barack Obama, que prevé crear 2,5 millones de puestos de trabajo hasta 2011, despertaba la esperanza y permitía pensar en el ansiado rebote de fin de año.
En cuanto a la evolución de los principales valores de la bolsa, los integrantes del índice Ibex-35, sólo subía Unión Fenosa, con una ganancia del 16,73% por la opa presentada por Gas Natural, mientras que treinta y cuatro bajaron, con inmobiliarias y constructoras a la cabeza.
El mayor descenso correspondió a Sacyr, el 73,47%, afectada por el parón de la actividad en el sector inmobiliario, pero también por su salida de Eiffage y el conflicto respecto a su participación en Repsol.
Con pérdidas comprendidas entre el 50 y el 60% concluyeron el ejercicio diez compañías: Gamesa; Acciona; Ferrovial; BME; Técnicas Reunidas; OHL; FCC; Telecinco; Gas Natural y Abengoa.
En cuanto a los grandes valores, la mayor caída correspondió a Banco Santander, el 48,12%, mientras que BBVA cedió el 45,97%, con lo que en el sector bancario europeo sólo ha registrado menores pérdidas HSBC.
Repsol, después de que la subida del petróleo hiciera crecer los precios en la primera mitad del año -en julio alcanzó el máximo histórico de 147,5 dólares- y limitara la posibilidad de bajar tipos hasta el otoño, bajó el 36,75%; Iberdrola, el 36,41%, y Telefónica, el 24,65%.