Francisco Correa presumía de ser muy amigo de Aznar («fui testigo de la boda de su hija con Agag») y, sobre todo, de Álvarez Cascos, sobre el que se atribuía predicamento incluso para las adjudicaciones de obras públicas en su época de ministro del ramo, publica el diario de UNEDISA.
A pesar de sus fantasmadas, Correa manejaba mucho dinero («si quería conseguir algo de ti o eras de su círculo íntimo te invitaba a su yate», dice una de sus víctimas) y su capacidad para mover determinados hilos era auténtica.
Fernando Martín, presidente de Martinsa, confesó al diario El Mundo la semana pasada que a él personalmente Correa le exigió 50 millones de euros de comisión por adjudicarle las parcelas de suelo público de Majadahonda que, a la postre, fueron la causa de la destitución del alcalde de la localidad cercana a Madrid, Guillermo (Willy) Ortega.
Estos hechos ocurrieron en 2004. El interlocutor entre Martinsa y el Ayuntamiento de Majadahonda no era otro que Paco Correa.
El asunto se realizaba de la siguiente forma: El suelo se adjudicaba son concurso a un precio inferior al de mercado, así la comisión no sabía el sobrecoste efectivo para el empresario en cuestión. Cabe recordar, que en estos años era el boom del sector inmobiliario, en municipios como Majadahonda, Pozuelo o Boadilla, en donde el precio de las viviendas se multiplicaba por dos en muy poco tiempo.
Fernando Martín (Martinsa) no aceptó el trato que le ofreció Correa. «Yo sólo entro en negocios que se puedan hacer y se puedan explicar», advirtió en su día Fernando Martín a Francisco Correa.
Desde 2002, la oposición ha denunciado los «negocios» entre el alcalde de Majadahonda y Correa, incluido la contratación de asesores. Entre los que se encontraba su propia esposa, Carmen Rodríguez.
Tras la destitución del entonces alcalde de Majadahonda, Guillermo Ortega y de sus concejales, sirvió para tapar el asunto de la adjudicación ilegal de terrenos.
González y las adjudicaciones que benefician a su familia
Los beneficios de tener una empresa y relacionarse con Ignacio González, vicepresidente de la Comunidad de Madrid, o algún miembro cercano a él curiosamente son inmejorables. La familia convierte en oro todo lo que toca y para muestra un botón. El diario Público informa hoy de que la empresa Tecnoconcret fundada por José Antonio Clemente facturó en 2005 95.336 euros, tan sólo un año después, cuando Clemente se asoció a la familia González, la cifra de negocio se disparó hasta 1,4 millones de euros. Dos años después, en 2007, último ejercicio que consta en el Registro Mercantil, superó los 1,7 millones. Lo que significa que tan sólo en dos años, los ingresos de Tecnoconcret crecieron un 1.686%.
La empresa de Clemente (Tecnoconcret) fue constituida en mayo de 2003 con un capital de 3.010 euros. El objeto de la compañía era la ejecución de trabajos de ingeniería. En ese año Tecnoconcret sólo facturó 18.527 euros; en 2004, los ingresos ascendieron a 74.002 euros, y un 2005; 95.336. Estos ingresos nada tendrían que ver a partir de que entraran en la jugada dos nuevos socios.
El 21 de junio de 2006 Clemente constituyó la sociedad ‘Tamanaco 07 Consulting’ junto a Pablo González (hermano de Ignacio González) y José Juan Caballero (cuñado del vicepresidente). Cada uno de los socios se quedó con el 33,3% del capital de la firma dedicada a la promoción y explotación de instalaciones deportivas.
Este equipo a tres; Clemente, González y Caballero no tenía experiencia previa en el sector deportivo, pero coincide que en esas fechas se comenzó a construir el campo de golf de Chamberí en los terrenos del Canal de Isabel II. Empresa pública que presidía el vicepresidente madrileño, Ignacio González.
Las obras del espacio deportivo del Canal de Isabel II fueron adjudicadas al Grupo ACS que subcontrató para la construcción del campo de golf a la compañía Only Golf Planning and Design en la que Clemente y Caballero aparecen como «promotores de proyectos» en dicha sociedad. Además Clemente también salió beneficiado cuando le adjudicaron a su empresa la explotación del campo de golf.