Pero la sorpresiva victoria simbólica de la dirigente del Kadima en las elecciones mantuvieron hasta este viernes la incertidumbre y diluyeron cualquier expectativa triunfalista por parte del líder del Likud. Tras los comicios del 2006 que dieron al Likud el peor varapalo de su historia al obtener sólo 15 diputados, en los del pasado 10 de febrero la formación conservadora ha repuntado, así como otros partidos de extrema derecha.
Netanhayu este viernes es consciente de que será primer ministro, pero no por una abrumadora victoria, sino por los cálculos matemáticos necesarios para conformar una mayoría parlamentaria. Este viernes afirmó que afronta la misión con gran responsabilidad y con el objetivo de conseguir la paz y la seguridad en el país.
Atrás quedó la política zigzagueante y los escándalos de corrupción en los que se vio envuelto cuando desempeñó el cargo de primer ministro (1996-1999) por supuesta estafa al Estado, que también afectaron a su esposa Sara. Como parece ser el caso ahora, su ascenso al poder en 1996 se inició con muchos apoyos, y aunque después se ha ganado la enemistad de numerosos sectores y durante su gobierno aumentó la crispación social, su instinto político le ha mantenido siempre en la palestra.
La popularidad de Bibi, como es popularmente conocido Netanyahu, comenzó a repuntar tras la conclusión de la guerra que Israel libró en Líbano hace dos años y medio, e incluso en la última ofensiva militar en Gaza, en la que sus contrincantes aumentaron sus perspectivas electorales, se mantuvo en cabeza.
Netanyahu aprovechó la oportunidad de erigirse en líder del Likud tras desaparecer del escenario político su otrora rival Ariel Sharón, el único que podía hacerle sombra en ese partido, que abandonó para fundar Kadima, en noviembre del 2005.
Desavenencias con Sharon
Sus desavenencias con Sharón se hicieron evidentes en el 2005 por el plan de evacuación de los asentamientos de Gaza, al que se opuso desde el principio y que le llevó a dimitir antes de su aplicación. Sin embargo, en 1996 firmó un acuerdo con el entonces líder palestino, Yaser Arafat, para ceder el 80 por ciento de Hebrón. Tres años después fue vencido en los comicios de 1999 por el líder laborista, Ehud Barak, y se retiró de la vida pública.
Su regreso a la política no se hizo esperar: volvió al primer plano del Likud, cuyo liderazgo disputó a Sharón, con quien aceptó, no obstante, ser ministro de Exteriores en el 2002, y de Finanzas en el 2003, cartera desde la que sacó a Israel de la peor crisis económica de su historia.
Casado y padre de tres hijos, Bibi irrumpió en la vida pública en 1982 al asumir el cargo de «número dos» de la embajada de Israel en EEUU. También ha ejercido como representante ante la ONU (1984-1988), viceministro de Exteriores (1988-1991) y viceministro en la Oficina del Primer Ministro (1991-1992).
Nació en Tel Aviv pero se educó en EEUU, donde se licenció en Administración de Empresas y Arquitectura en el Instituto Tecnológico de Massachussetts (MTI). Su carrera militar, a diferencia de otros políticos israelíes, no es especialmente significativa.