Medios estadounidenses habían indicado que la misiva ofrecía un trueque, la oferta de cancelar ese escudo a cambio de una mayor ayuda de Moscú para neutralizar la amenaza militar iraní.
En declaraciones en el Despacho Oval junto al primer ministro británico, Gordon Brown, Obama indicó hoy que esas informaciones son «inexactas» y su mensaje no contiene un «quid pro quo». Según el presidente, en la carta, escrita hace tres semanas, reiteró lo que ya había dicho anteriormente: que el escudo antimisiles tiene como objeto impedir un posible ataque desde Irán, y no está dirigido contra Rusia. «Lo que dije fue que en la medida en la que disminuya la amenaza nuclear iraní descenderá la necesidad del escudo», que EEUU construye en la República Checa y Polonia, sostuvo el gobernante.
Obama aseguró que en la carta abordó una amplia serie de temas y sólo dijo que «el escudo no está dirigido contra una amenaza rusa, sino contra una amenaza iraní».
Nuevo capítulo
El presidente estadounidense sí indicó que es necesario abrir «un nuevo capítulo en las relaciones con Rusia».
Moscú «debe entender nuestro compromiso inquebrantable con la independencia y la seguridad de países como Polonia o la República Checa. Al mismo tiempo, tenemos áreas de preocupación común», declaró. En concreto, indicó, en la carta citó como ejemplos «la cuestión de la no proliferación nuclear y la cuestión del terrorismo. En este momento, creo que también compartimos potencialmente preocupaciones en el área económica mundial».
«Mi esperanza es que podamos mantener una relación constructiva en la que, basados en el respeto común y los intereses mutuos, podamos avanzar», sostuvo.
Esfuerzos hacia Rusia
Desde la llegada de Obama a la Casa Blanca, Washington ha expresado su interés en «descongelar» sus relaciones con Rusia.
El mes pasado, el vicepresidente de EEUU, Joe Biden, afirmó en una cumbre sobre Seguridad en Múnich que «ha llegado el momento de apretar el botón para volver a empezar y ver las muchas áreas en las que podemos y debemos colaborar con Rusia». La secretaria de Estado, Hillary Clinton, tiene previsto reunirse el viernes en Ginebra con el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, que el lunes instó a Washington a restablecer relaciones con Teherán.
Clinton, que se encuentra en Jerusalén, afirmó este martes que «nos encontramos en el comienzo de una nueva aproximación con Rusia». Las relaciones entre Washington y Moscú se deterioraron en los últimos años entre otros motivos por la decisión del Gobierno del presidente George W. Bush de establecer el escudo antimisiles en el este de Europa. Moscú interpretaba ese escudo como una amenaza.
Otros asuntos que contribuyeron al enfriamiento fueron la invasión rusa de Georgia el año pasado, el apoyo de EEUU a la entrada en la OTAN de Georgia y Ucrania y las críticas del Gobierno de George W. Bush a la limitación de la democracia en Rusia.
En declaraciones desde Madrid, Medvedev afirmó que valora las «señales positivas» del nuevo Gobierno estadounidense y se mostró dispuesto a negociar el proyecto del escudo antimisiles, pero rechazó vincularlo al programa nuclear iraní. Para el presidente ruso, si la administración Obama muestra «sentido común y propone «un escudo común contra todo tipo de amenazas» y replantea su proyecto de un escudo antimisiles cerca de las fronteras de Rusia, su país está dispuesto a negociarlo, pero sin «regateos».
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