«En esta ocasión prepararemos un sistema legal, nuevas normas para frenar el fenómeno de excesiva titularización del sistema financiero, el uso de derivados que desembocó en la crisis», afirmó Berlusconi, cuyo país ostenta la presidencia de turno del G-8.
Un alto cargo de la diplomacia italiana indicó el pasado mes de enero en declaraciones a Reuters que Italia estaba preparada para ampliar la cumbre del G-8 para incluir a los miembros del G-20, cuya presidencia de turno corresponde a Reino Unido, en el caso de que fuera necesaria una nueva reunión tras la ya programada para el 2 de abril en Londres.
Si bien es verdad que esta crisis parece ser «especialmente grave», no hay que olvidar que «el mundo ha conocido otras crisis y también esta, como todas las demás, terminará», añadió.
En cualquier caso, el Gobierno italiano «ha afrontado antes y mejor que otros países europeos» esta situación. Mientras que, «en comparación con Estados Unidos» Italia es «afortunada» ya que «el 87% de las familias tienen una casa en propiedad, los préstamos hipotecarios han sido congelados en el 4%, las familias tienen una cuenta corriente en activo, asistencia sanitaria y derecho al fondo de garantía salarial», detalló.
Por todas estas razones, Italia «puede superar mejor que otros y con menos sacrificios esta crisis», motivo por el que Berlusconi pidió a los dirigentes de las pequeñas y medianas empresas que no se desanimen.
En concreto, les invitó a no dejarse descorazonar por el «alarmismo de los títulos de los periódicos». «La receta que les aconsejo es no dejarse influir demasiado por los medios de comunicación, que van en busca de títulos catastrofistas». Esta receta «me la enseñó hace muchos años Margaret Thatcher», reveló.
Por otro lado, aseguró que «ni un solo banco ha pedido ayudas al Estado» después de que el Gobierno italiano pusiera 10.000 millones de euros a disposición de los institutos financieros que pudieran estar en dificultad.ECO