A diferencia de otros consumos, la demanda de agua es continua y eso es lo que hace diferente al sector, dijo Bergkamp, quien explicó que «podemos no comprar un coche pero necesitamos agua para beber, para ducharnos o para alimentarnos».
Además, en concordancia con un informe de la OCDE presentado en este Foro, Bergkamp animó a realizar inversiones públicas en el sector hídrico, ya que «es muy oportuno en términos de negocio y de creación de empleo».
A igual que ocurrió en el anterior Foro Mundial del Agua, celebrado en México en el 2006, algunos países latinoamericanos, liderados por Uruguay, han planteado la posibilidad de firmar una declaración alternativa a la ministerial si ésta no reconoce el agua como un Derecho Humano fundamental.
Derecho al agua
Bergkamp aseguró que todos los países coinciden en la necesidad de que el derecho al agua esté bien reconocido, aunque existen diferencias sobre la forma de expresar ese reconocimiento en la declaración ministerial, sobre la que se está ya trabajando.
Agregó que hay países que ya reconocen ese derecho y hay otros que tienen una visión «más estrecha», pero «lo importante es situar ese derecho en la realidad de la vida».
No obstante, consideró positivo que haya un «un grupo de países que quieran avanzar más y que se unan para ello», al igual que ocurre en otros temas como el cambio climático o las ayudas a África en colaboración con el G-8 y el G-20.
Además, a su juicio, el reconocimiento de ese derecho fundamental no significa que se vaya a avanzar más rápido para cumplir los Objetivos del Milenio de la ONU, porque además de la declaración teórica hace falta invertir y gestionar.
Respecto a las críticas de algunas ONG que consideran que el Foro más que buscar soluciones reales a los problemas del agua persiguen el negocio, Bergkamp precisó que aunque las empresas son parte de la discusión no dominan el debate.
El Foro, aseguró, ofrece una oportunidad para intercambiar ideas y para encontrar espacios comunes.
Respecto a la aportación de España, el director del CMA explicó que la delegación española está trabajando especialmente en el tema de los fenómenos extremos como sequías e inundaciones, en los que tiene mucha experiencia y puede ofrecer una importante ayuda.
También participa de forma activa en los grupos de trabajo sobre planificación de zonas costeras y reducción de la contaminación.