De la declaración del alemán de origen kazajo se desprende que pudo evitar una matanza mayor, ya que el joven pretendía desplazarse a otros colegios para continuar asesinando estudiantes y profesores. «¿Crees que encontraremos otro colegio?», afirma que le preguntó Tim Kretschmer cuando ya había subido a su automóvil, un monovolumen Volkswagen Sharan, a lo que Igor Wolf contestó cambiando de tema.
Igor Wolf fue tomado como rehén y chófer forzoso a las puertas del hospital psiquiátrico de Winnenden, donde esperaba a su esposa, poco después de que el joven matara a balazos a nueve alumnos y tres profesoras del colegio Albertville, así como un jardinero en el parque del centro de salud mental. Según el relato del secuestrado, el adolescente abrió la puerta trasera derecha de su vehículo, tomó asiento a su espalda, le puso la pistola en la cabeza y le gritó: «conduce rápido».
Un viaje terrorífico
«Ya he matado a quince personas en mi viejo colegio y eso no ha sido todo por hoy», afirma Wolf que le contó Tim Kretschmer, que al parecer desconocía el número exacto de sus víctimas.
Durante el viaje y mientras le apuntaba con la pistola, el joven iba rellenando con balas varios cargadores con la mano izquierda, explica el superviviente de la matanza en un extracto de la entrevista adelantado por «Stern» a su edición de mañana. «Está preparándose para el próximo tiroteo, pensé en ese momento», señala Wolf, quien destaca que durante el viaje el joven le preguntó insistentemente si sabía donde había otros colegios.
Añade que «para distraerle le pregunté a dónde quería ir, a dónde quería que yo le condujera», así como «¿por qué haces una mierda así?». «Me respondió bien alto: ‘por gusto, por diversión'», explica el rehén, que escapó de su captor cuando llegaban a Weidlingen al conducir su vehículo en una curva hacia el arcén y tirarse en marcha.
Funeral oficial
Por otro lado, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente federal, Horst Köhler, hablarán con los familiares de las 15 víctimas de la matanza el sábado tras los funerales oficiales que tendrán lugar en la iglesia de San Carlos Borromeo de Winnenden. Ante la capacidad limitada del templo, a los funerales solo podrán asistir las autoridades, los familiares de los muertos y profesores y alumnos del colegio Albertville.
Las hasta 100.000 personas que se espera que acudan al oficio religioso podrán seguir el desarrollo del mismo a través de grandes pantallas que serán instaladas en pabellones e iglesias, también en localidades cercanas, anunció hoy un portavoz gubernamental.