Benedicto XVI acudió al Palacio de la Unidad de Yaundé, sede de la presidencia de la República, donde fue recibido por Biya, con quien departió durante unos minutos. Después se incorporaron a la reunión la esposa del mandatario, Chantal, y sus hijos, para la foto de familia e intercambio de regalos.
La obra con la que obsequió Benedicto XVI al presidente del país ha sido realizada por el Estudio de Mosaicos del Vaticano, siguiendo la misma composición utilizada desde hace siglos.
Desde el Palacio de la Unidad, el Papa se trasladará a la iglesia de Cristo Rey, en el barrio de Tsinga, donde se reunirá con los 30 obispos del país, encabezados por el arzobispo de Yaundé y presidente de la conferencia episcopal del país, Simon Victor Tonye Bakot.
Por la tarde, el Pontífice celebrará las vísperas de la festividad de San José, que es además su onomástica (se llama Joseph) en la basílica de María Reina de los Apóstoles en el barrio de Mvolye, junto a los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y representantes de otras iglesias cristianas. Se espera que a las vísperas asistan unas 30.000 personas, aunque no se descarta que esa cifra se doble o triplique teniendo el cuenta el apoteósico recibimiento que ayer le dispensaron los cameruneses.
Calurosa bienvenida
Decenas de miles de personas, un millón, según fuentes de la iglesia católica local, se echaron a las calles para aclamar al Pontífice, el segundo Papa que pisa Camerún, después de que Juan Pablo II lo hiciera en 1985 y 1995. A Benedicto XVI se le vio feliz y contento por el recibimiento y no dudó incluso en algún momento romper el protocolo para acercarse a los presentes.
El Papa hizo el recorrido desde el aeropuerto hasta la Nunciatura (embajada del Vaticano), donde se aloja, pasando por el centro de Yaundé, en el «papamóvil», en medio de los aplausos, cánticos y bailes de los presentes, ataviados con multicolores vestidos. Con motivo de la visita, miles de mujeres visten un vestido con la foto del Papa y frases sobre la visita.