La guerra de Iraq cumple este viernes su sexto aniversario con un escenario diferente al acostumbrado en EEUU, relegada a un segundo plano debido a la crisis económica y con un inusual optimismo popular ante la anunciada retirada de las tropas en 2010.
Este viernes algunos líderes del país como el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Read, celebraron que este aniversario llegue en un momento en que ya se está planeando la salida de las tropas estadounidenses que, según anunció Obama en febrero, debe estar concluida en agosto de 2010.
«Tenemos que hacer todo lo posible por terminar esta guerra de manera responsable, mientras ajustamos nuestra estrategia de seguridad nacional para proteger mejor al país», dijo este viernes el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid.
«Trabajaremos con el presidente Obama para finalizar esta guerra responsablemente y ayudar a los iraquíes a tener control del futuro de su país», añadió.
Pero realmente, este año, el aniversario del comienzo de la guerra ha pasado más bien desapercibido.
Nueva perspectiva
Los estadounidenses han comenzado a tomar una nueva perspectiva con respecto a esta impopular contienda, en la que han perecido ya 4.260 de sus soldados. El relevo que se ha producido en la Casa Blanca ha sido un elemento esencial en este giro.
Éste es el primer aniversario en el que el Despacho Oval no está ocupado por el artífice de la invasión, George W. Bush, sino por uno de los principales opositores a la operación militar, Barack Obama, quien ya durante la campaña electoral prometió que la guerra llegaría a su fin en 2010.
Obama hizo de la retirada de las tropas uno de sus baluartes de la campaña electoral, respaldado por las posiciones públicas contrarias a la invasión que mantuvo incluso antes de que ésta se produjera, en el 2003.
Según una encuesta elaborada por USA Today/Gallup esta misma semana, el 51 por ciento de los estadounidenses tiene una opinión positiva sobre el desarrollo de la contienda, frente al 28 por ciento de enero del 2007.
Además, los estadounidenses que piensan que se puede ganar la guerra han aumentado hasta el 64 por ciento, frente al 42 por ciento de entonces. Los dos datos son los mejores recabados hasta la fecha por Gallup.
La guerra no interesa
Y aunque el entorno político y militar en Iraq sigue siendo desafiante, la grave recesión que vive EEUU ha hecho que los estadounidenses estén más preocupados por la posible pérdida de su casa y de su empleo, que de lo que ocurre a 10.200 kilómetros de distancia.
Según una encuesta realizada ya en los últimos compases de la campaña electoral, el pasado noviembre, sólo el 10 por ciento de los estadounidenses situaba la guerra como uno de sus principales asuntos de preocupación, mientras que la crisis quitaba el sueño a un 60 por ciento.
A finales de febrero, el presidente anunció que en agosto de 2010 se completaría la salida de las tropas de combate estadounidenses apostadas en Iraq, donde quedarán entre 35.000 y 50.000 soldados en funciones de apoyo a las fuerzas iraquíes.
Estas funciones de apoyo se extenderán hasta finales de 2011, cuando expira el plazo para la permanencia de las tropas estadounidenses acordado el año pasado entre Washington y Bagdad.
En la actualidad se encuentran destinados cerca de 142.000 militares estadounidenses en suelo iraquí.