En ocasiones se echa en falta un buen argumento en los videojuegos. Esta vez, la filial de Ubisoft en Rumania ha elaborado uno que roza el sobresaliente. En Tom Clancy´s Hawx nos pondremos en la piel de un ex militar norteamericano que trabaja para una compañía militar privada, Artemis, a la que la ONU o países como Brasil o Estados Unidos requieren sus servicios, puesto que los ejércitos nacionales van desapareciendo. Esta historia, que comienza en el año 2012, y que va avanzando en el tiempo a medida que completamos las misiones, es la base sobre la que partimos.
Dentro del clásico modo de campaña individual tenemos que completar 18 misiones que nos llevarán a bordo de nuestro avión a lo largo y ancho del globo. En todos estos niveles desempeñaremos un rol a similar, ya sea atacando aviones u objetivos enemigos, escoltando vehículos y protegiéndoles de cualquier posible imprevisto, o defendiéndonos de las envestidas.
Para hacer bien nuestro trabajo tenemos un sistema de control que, aunque pueda parecer tedioso al principio, sobre todo a la hora de maniobrar y girar con el avión, se acaba controlando fácilmente gracias en parte al sistema ERS, que nos permite localizar los objetivos, contar con un radar para situarnos en el escenario y, lo más importante, avisarnos de cuando un misil enemigo viene hacía nosotros y, en caso de que impacte, tener un sistema de control de daños de la aeronave.
A este leve escollo hay que añadir el que es, a mi juicio, el gran problema del juego y que reside en que las misiones iniciales son algo monótonas, carentes de una acción que, de forma errónea, pueden hacer que alguien abandone el juego.
El punto fuerte; ayudas desactivadas
Sin embargo, esto cambia cuando tenemos disponible la opción de desactivar todas las ayudas y podemos surcar libremente los diferentes escenarios, sin estar atados a una serie de características que en pleno combate y en los niveles más complejos pueden molestarnos. Esto no sucede hasta la misión en Río de Janeiro, una de las más espectaculares del juego.
Hasta entonces nos había acompañado una cámara situada en la cola del avión, con la opción de cambiarla por dos interiores, que restaban velocidad a la acción del juego y que producen en algunos momentos una cierta desesperación, sobre todo por no poder dar con un enemigo que no se encuentra en nuestro campo de visión. Ahora la cámara se sitúa por encima de nosotros, todo se reduce de tamaño, y podemos disfrutar de una gran perspectiva de todo lo que pasa a nuestro alrededor.
A esta nueva posibilidad de pilotar sin ayudas se le añade un grado de dificultad que no habíamos visto anteriormente, y que requiere de cierta práctica. En cualquier caso, uno puede desactivar o no las ayudas dependiendo del momento y de cómo se sienta más cómodo según o no que acción vaya a realizar.
Otra opción disponible es la capacidad que tenemos para dar órdenes a los miembros de nuestro escuadrón, a los que podemos decir que ataquen o defiendan según lo creamos conveniente. Además, por si fuera poco, podemos elegir entre varios aviones o diferentes tipos de munición, a medida que completemos las misiones, desbloqueemos objetivos, subamos en puntos de experiencia y aumente nuestro rango militar, lo que hace que las opciones del juego sean mayores y que el nivel de jugabilidad y adicción acabe por obtener un sobresaliente, pues esta nota va en aumento a medida que avanzamos.
Y hay algo más, ya fuera de este apartado y que es el otro gran punto fuerte del título, junto con la opción de desactivar las ayudas; y es que el juego está totalmente en castellano. Esta vez, Ubisoft ha realizado un trabajo encomiable y ha oído a los usuarios, que a veces ven impotentes como una «obra» en la que han dejado parte de sus ahorros se va al garete por una dejadez de este tipo. Tanto los comentarios de los pilotos de nuestro escuadrón, siempre adecuados según que situación estemos afrontando, y la presentación de las misiones, en las que se nos explica nuestro cometido hacen que este título gane en calidad y nos sumerjamos más en la acción.
El punto débil; apartado gráfico
En cuanto al apartado gráfico hay una de cal y otra de arena. Quizás en este sentido si se esperaba algo más. Los modelados de los aviones son bastante simplones y la cámara en tercera persona, situada en la parte de cola, resalta el defecto de la falta de velocidad, del que hablamos anteriormente. Las cámaras interiores tampoco ayudan para nada, pues parece que se hayan dejado de lado, como simples y toscos añadidos, para centrarse más en el modo sin ayudas, que nos ofrece una amplia y cuidada perspectiva de la acción.
El acabado de los escenarios y los paisajes es más que correcto, gracias a la tecnología vía satélite que ha sido utilizada, pero empeora a medida que nos acercamos al suelo, siendo, por ejemplo, el acabado del mar el que peor sensación ofrece. De otra forma, las luces y sombras, el humo o las explosiones están muy bien conseguidas, dando al conjunto gráfico un aprobado a secas, puesto que se podía haber aprovechado algo más el motor gráfico de la máquina de Microsoft.
Quizás uno de los mejores aspectos dentro de este apartado sean las repeticiones, de las que podemos disfrutar desde diferentes cámaras como si de una película se tratase, aunque al producirse estas, al terminar la misión, el jugador ya está deseando enfrentarse al siguiente nivel. Otra muestra más de la gran adicción que nos puede dar este título.
La duración de este Tom Clancy´s Hawx es la normal, pero el que podamos elegir jugar con ayuda o sin ayuda, elegir entre tres niveles de dificultad, u optar, como ya dijimos, que munición nos conviene o que avión se adapta mejor a nuestras virtudes, sobre todo cuando nos hemos pasado el modo campaña individual y queremos repetir las misiones que más nos gusten, aumentan las horas de juego.
La otra opción disponible dentro del modo camapaña es la de vuelo libre, que no hace falta detallar, pues está hecho para que disfrutemos del paisaje, de la misma forma que lo hacíamos en el gran Flight Simulator, haciendo piruetas y acercándonos a ver las ciudades previamente desbloqueadas.
El modo multijugador tiene novedades sustanciosas. En el modo cooperativo podremos jugar hasta cuatro jugadores, que se podrán unir a la partida cuando quieran, y controlar nuestras estrategias.
Especialmente divertida es la pelea de perros, en la que nos podremos enfrentar a otros jugadores y en la que tendremos que demostrar nuestras habilidades de pilotaje en auténticos cuerpo a cuerpo. El mejor será recompensado con puntos extra. Aún así, el modo online puede llegar a exprimirse un poco más para que sea verdaderamente adictivo.
Conclusión
A estas alturas del análisis, y para finalizar, debemos tener en cuenta que el juego no es un simulador propiamente dicho, como los que si podemos disfrutar en los ordenadores. Es un arcade, y de ahí su manejo sencillo y la capacidad del jugador para completar objetivos u acabar con los enemigos rápidamente. Y si, como arcade raya a un gran nivel, pero no podemos comparar la cantidad de opciones disponibles en un teclado con las que hay en un pad, más cómodo de manejar pero más limitado a la hora de convertir nuestra habitación en lo más parecido a la cabina de una aeronave.
El juego es altamente adictivo, excepto al principio, nos ofrece muchas horas de diversión y, además, a la hora de desactivar las ayudas se explotan todas las virtudes de este título. El nivel gráfico es mejorable, aunque se podría haber explotado un poco más el potencial de la consola, pero se compensa con las grandes dosis de jugabilidad y adicción.
Por último, y uno de los aspectos que más nos ha alegrado es el de ver que este Tom Clancy´s Hawx está traducido completamente al castellano. Esto supone una apuesta y un paso adelante dentro de un género que triunfaba en el PC pero que estaba marginado dentro de las consolas de nueva generación por las compañías de videojuegos. Esperemos que este sea solo el principio.
Nota: 8/10