viernes, septiembre 20, 2024
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El general Sanz dice que la cúpula militar planteó no entregar los cuerpos sin identificar a los familiares

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Sanz Roldán ha sido el primer testigo en comparecer en la tercera sesión del juicio en la Audiencia Nacional contra tres altos mandos militares que supuestamente identificaron erróneamente 30 de los 62 militares muertos el 26 de mayo de 2003 en Trebisonda (Turquía). El general Sanz, entonces subdirector en el Ministerio de Defensa, ha revelado que el entonces jefe de Estado Mayor del Ejército (JEME), Luis Alejandre, le dijo el 29 de mayo de 2004 que los mandos militares propusieron al Ministerio de Defensa entregar a los militares identificados a las familias y a los demás, primero identificarlos y después entregarlos a las familias.

En este sentido Sanz Roldán ha recordado que al tercer día como JEMAD, el ministro de Defensa, José Bono le pidió que visitara al JEME, Luis Alejandre, y lo hizo el 29 de junio de 2004. En ese encuentro, según ha relatado Sanz Roldán, Alejandre le comentó que en una reunión celebrada el día antes del funeral de Estado (28 de mayo de 2003), en un despacho anexo al del entonces ministro Federico Trillo había recibido la noticia de que no todos los cuerpos estaban identificados al llegar a España.

Entonces, Alejandre y el resto de los mandos militares propusieron entregar a los fallecidos identificados a las familias y a los demás primero identificarlos y después entregarlos a las familias, un planteamiento que finalmente no prosperó. Durante su declaración como testigo, el general Sanz Roldán ha indicado que en la fecha del accidente no tenía responsabilidades relacionadas con estos asuntos.

Sin embargo, ha agregado que cuando ocupó el puesto de JEMAD hizo cuantas averiguaciones pudo para aclarar el problema, a iniciativa propia y a instancias del entonces ministro José Bono. El general Sanz, quien ocupó el cargo de JEMAD de 2004 a 2008, ha dicho que investigó las identificaciones un año después por iniciativa personal y decidió atender a todas las familias afectadas.

Operaciones de identificación

A preguntas del fiscal, ha negado que las operaciones de identificación se precipitaron por algún motivo y ha asegurado que no le consta si se notificó al Ministerio las identificaciones erróneas al llegar de Turquía. Sobre seguros de los militares fallecidos, Sanz Roldán ha señalado que una de las primeras cosas que descubrió es que no se había suscrito o en algunos casos se había perdido en la cadena de contrataciones.

Por su parte, el ex cónsul de España en Turquía, Raimundo Ezquerro, que ha testificado en segundo lugar ante la Audiencia, ha dicho que «entendí que estaba completada la identificación de los 62 militares cuando se los llevaron a Madrid». En este sentido, ha indicado que no tuvo en ningún momento conocimiento de que 30 de los cadáveres fueron repatriados sin identificar.

El ex cónsul ha reconocido que firmó en el registro consular una lista de fallecidos pero no extendió el certificado de defunción. En ese momento «parece que no había dudas razonables sobre la identificación de los fallecidos», ha asegurado Ezquerro.

A preguntas del teniente fiscal, Fernando Burgos, el ex cónsul ha indicado que «sabia que los cuerpos tienen que ser identificados para ser repatriados y me entero días después por los periódicos de que no todos habían sido identificados» cuando salieron hacia Madrid. Por otra parte, ha declarado que el intérprete del consulado que trabajó esos días de la tragedia para las autoridades españolas era «bueno para conversaciones corrientes, pero no para textos jurídicos».

Tercer testigo

Sanz Roldán, que compareció como testigo en la tercera jornada del juicio sobre las identificaciones erróneas del Yak-42, indicó que al tercer día de su función como JEMAD, el 29 de junio de 2004, el entonces ministro de Defensa, José Bono, le encargó que visitara a Alejandre para hacerle una serie de preguntas sobre la catástrofe aérea que éste consideraba «de interés».

En ese encuentro, Alejandre le contó que entre el día del accidente (26 de mayo de 2003) y el de los Funerales de Estado (28 de mayo de 2003) se celebró una reunión en una sala anexa al despacho del entonces ministro Federico Trillo en la que éste trasladó que «había recibido noticia de que no todos los cuerpos estaban identificados» y había propuesto que las víctimas reconocidas «se entregaran a los familiares» y el resto se trasladara a un centro funerario para «su identificación posterior».

El máximo responsable de la cúpula militar, que testificó a petición de las acusaciones particulares, no pudo concretar si Alejandre trasladó esta información en una reunión de la Junta del Consejo de Dirección del Ministerio de Defensa. «Creo recordar que citó este órgano pero no recordaba exactamente quiénes estaban sentados y creo que sólo se considera reunión si están todos los miembros del Consejo», afirmó.

Preguntado por unas supuestas manifestaciones de Alejandre en las que habría calificado de «aberración» el traslado de cadáveres sin identificar, aseguró que no le constaban estas palabras. De igual modo, aseguró desconocer que el comandante Ruiz de los Paños alertara a la Asesoría Jurídica del Ministerio sobre los errores en las identificaciones, como testificó ayer.

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