Chrysler y Fiat llegaron a un acuerdo provisional a principios de mes, según el cual la empresa italiana recibirá un 35% de las acciones de la empresa estadounidenses a cambio de la transferencia de tecnología, modelos y la capacidad de distribución mundial.
«Al proporcionar a Chrysler productos y plataformas, cooperación tecnológica y distribución global, Fiat fortalece la capacidad de Chrysler para crear y preservar puestos de trabajo en Estados Unidos», dijo Nardelli. El directivo también dijo que «Chrysler operará normalmente durante los próximos 30 días».
«Aunque reconocemos que todavía hay que resolver obstáculos sustanciales, Chrysler está comprometida a trabajar de forma cercana con Fiat, la Administración, el Departamento del Tesoro y el Grupo Presidencial del Automóvil para asegurar el apoyo de las partes interesadas», añadió Nardelli.
Durante el anuncio del plan gubernamental para rescatar al sector del automóvil, el presidente estadounidense, Barack Obama, dijo que la situación de Chrysler era «más difícil» que la de General Motors.
Obama advirtió que la empresa sólo podrá sobrevivir si la alianza con Fiat seguía adelante, y dio a Chrysler un plazo de 30 días para llegar a un acuerdo definitivo y mejorar sus planes de reestructuración.
El acuerdo final entre Chrysler y Fiat abre la puerta para que la empresa reciba hasta 6.000 millones de dólares más del erario público estadounidense para completar su transformación.