El periódico canadiense añade que las dos compañías habían solicitado inicialmente que los gobiernos de ambas naciones prestasen o garantizasen hasta 125.000 millones de dólares.
Según las fuentes consultadas por el diario, las dos empresas están preparadas desde hace semanas para declararse en bancarrota en EEUU y Canadá, y Chrysler podría acudir a los tribunales en los próximos días.
Las autoridades de Washington y Ottawa han dado a Chrysler hasta el 1 de mayo para que reestructure su deuda y obligaciones financieras.
Si no lo puede hacer antes de esa fecha, la compañía se tendrá que declarar en suspensión de pagos ante la falta de liquidez y crédito para seguir operando.
General Motors tiene hasta el 1 de junio para terminar su reestructuración.
Las dos empresas han señalado que aunque prefieren reestructurarse sin la tutela de los tribunales, están preparadas para declararse en suspensión de pagos si no alcanzan acuerdos satisfactorios con los tenedores de deuda y los representantes de los trabajadores.