miércoles, enero 22, 2025
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Francia pone su ‘know how’ nuclear al servicio de los «intereses nacionales»

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Hace solo unos días el presidente francés, Nicolas Sarkozy, visitó oficialmente los Emiratos Árabes Unidos con una idea muy clara: además inaugurar una «base militar permanente» en Abu Dhabi, que será una pieza clave dentro de la estrategia francesa en la región, el presidente pasó «unos mensajes» destinados a favorecer los intereses económicos e industriales de su país. Y para ello, utilizó una baza importante: el know how acumulado por EDF y Areva en el desarrollo de las EPR, los grupos nucleares de tercera generación.

Abu Dhabi es un ejemplo llamativo de la «estrategia sarkoziana» en la zona: ante la apertura de un concurso internacional para la construcción de tres EPR de 1.500 MW, cuya puesta en servicio esta prevista para el 2017, y ante la perspectiva de la construcción de una decena de otras unidades programadas para el 2030 – con lo cual el volumen total del negocio podría alcanzar los 50.000 millones de euros -, Sarkozy exige a los «campeones nacionales» galos en la materia, EDF y Areva, que se pongan a «trabajar juntos», aparcando sus rivalidades históricas.

La idea del presidente es que hay que explotar al máximo en el exterior el hecho de que Francia ha desarrollado una nueva tecnología nuclear, la llamada «filiere française«.

Tampoco hay que olvidar el nuevo contexto mundial, favorable a la expansión de la energía nuclear civil: según los últimos datos, el numero de proyectos ya en curso, más los previstos para las dos próximas décadas, alcanza los 350, con un coste unitario medio de 4.000 millones de euros.

Solo en Estados Unidos la construcción de no menos de una treintena de nuevas centrales nucleares está programada hasta el 2030, representando unos 120.000 millones de euros de inversión.

Antes de «recomendar» a EDF que participase en el consorcio creado por Areva en Abu Dhabi, considerándose así que el «prestigio internacional» de la empresa sería una baza importante a la hora de la decisión –sobre todo de cara al consorcio americano-japonés de General Electric y Hitachi, y al grupo surcoreano Kepko-, Sarkozy ya había dispuesto algo parecido en Francia.

Con la construcción de un segundo EPR en Haute-Normandie -previsto para el 2017-, en mente, EDF fue «invitada» a colaborar con su gran rival GDF Suez, lo cual tendrá una participación minoritaria del 33,33% que compartirá con Total.

Lo que sale a flote entonces, es la promoción de la «filiere» nuclear francesa, que además de los «lideres mundiales» EDF y Areva –uno explota un conjunto de 58 centrales nucleares, y el otro controla todo o proceso desde la exploración de uranio hasta el tratamiento del material radiactivo, pasando también por la construcción de EPR-, integra a «campeones nacionales» como GDF Suez y Total.

«La defensa de los intereses nacionales está por encima de rivalidades empresariales», avisa el palacio del Eliseo, recordando además que el Estado es todavía dueño -o el máximo accionista- de EDF, Areva y GDF Suez.

Según los expertos del Eliseo, para que Areva esté en situación de adjudicarse el concurso abierto en Abu Dhabi tendría que incorporar de algún modo a EDF a su propuesta.

La razón es muy sencilla: la construcción de su primer EPR, situado en Olkiluoto (Finlandia), por la cuenta de la eléctrica local TVO, ya acumula dos años de retraso y, lo más primordial, el sobre coste de la obra se calcula en 1.700 millones de euros en relación al presupuesto inicial.

Todo lo contrario pues de lo que ocurre en Flamanville (Manche), donde EDF construye desde el 2006 su primer EPR, respectando las condiciones (plazos y presupuestos) del contrato.

Así, por mucho que le pese, la máxima ejecutiva de Areva, Anne Lauvergeon, que mantiene unas relaciones difíciles con Sarkozy después de haber rechazado la dirección de la Economía francesa, tuvo que reconocer que el «know how» nuclear de EDF seria muy apreciado en Abu Dhabi.

El problema es que la capacidad de inversión de la eléctrica ha sido mermada por las últimas adquisiciones (British Energy, Constellation Energy etc.), por lo cual su deuda alcanza los 25.000 millones de euros. Tampoco hay que olvidar que la empresa está mucho más volcada a mercados como el estadounidense, el británico, el chino o el italiano.

Lo cierto es que los expertos ven difícil que EDF esté dispuesta a «colaborar» con sus rivales históricos Areva y GDF Suez, sin que estos le cedan la dirección de los proyectos.

El gobierno ya tuvo que hacer grandes malabarismos para que la eléctrica pública aceptara compartir el proyecto del EPR previsto en Penly.

Así, frente a las aspiraciones de GDF Suez -que ya hizo saber que con el 33,33% del proyecto que comparte con Total no será un «simple inversor» y que tendrá una «participación activa» en la obra-, EDF mira al socio de Iberdrola en el Reino Unido como un simple «aprendiz» de la nueva tecnología nuclear.

El trato que EDF quiere aplicar a GDF Suez es muy similar al que ya aplica a la italiana Enel, la cual participa en la construcción del EPR de Flamanville y podría tener entre un 12,5% y un 16,5% de la central de Penly.

Además de «aprender» el oficio de la construcción de grupos nucleares de tercera generación, el grupo italiano tuvo que comprometerse a reservar un espacio importante a Endesa en sus futuros proyectos en Italia.

Con Areva la situación es distinta puesto que fue quien -de manera conjunta con su ex-socio alemán Siemens (aliado ahora al ruso Rosatum)-, desarrolló la «tecnología» de los EPR.

Lo cierto es que EDF mira con regocijo los problemas contra los que se enfrenta Areva en Finlandia, y más aun el hecho de que su rival necesite de su «prestigio técnico y internacional» para obtener la adjudicación de los tres primeros EPR previstos en Abu Dhabi.

No obstante, al margen de su rivalidad a nivel mundial (Areva tiene contratos firmados o previstos para la construcción de 40 EPR en todo el Mundo y es el tercer mayor productor mundial de uranio), los dos «líderes» nucleares galos encuentran espacios de colaboración.

Hace poco firmaron un contrato por 5.000 millones de euros, con lo cual EDF tendrá garantizado durante 25 años el tratamiento del uranio utilizado en sus 58 centrales nucleares ya en servicio.

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