Aunque el responsable del Ejecutivo aragonés prefirió no cuantificar el recorte productivo que se producirá en Figueruelas, apuntó que la producción de la fábrica zaragozana se situará este año en torno a 340.000 coches, lejos de la «punta de fabricación» alcanzada en 2007, cuando se produjeron 485.000 vehículos.
Inversión desempbolsada
Larraz comentó que Figueruelas cuenta con «algunas ventajas y algunas dificultades». Entre las ventajas, citó la inversión de 400 millones de euros, «que está prácticamente desembolsada», para fabricar la nueva generación del Meriva desde abril de 2010. En este sentido, recordó que el Gobierno aragonés avala con 200 millones de euros el proyecto.
Además, incidió en que, si bien la producción del Opel Corsa se distribuye entre Figueruelas (200.000 unidades anuales) y la planta alemana de Eisenach (150.000 unidades), toda la estampación del modelo se efectúa en la planta zaragozana. «Eso es un punto importante», dijo.
El combo, pendiente de decisión
En tercer lugar, refirió que el modelo Combo, que llegó a Figueruelas tras el cierre de la planta portuguesa de Azambuja, «está pendiente de ver qué se hace con él».
«El global es que estamos hablando muy directamente con quien está haciendo el plan de reestructuración», resumió, tras relatar los contactos mantenidos con responsables de GM Europa, Magna y del banco ruso Sberbank, que controlará el 35% de Opel si se cierra el acuerdo.
Larraz explicó que el plan de reestructuración de Opel se efectuará en tres fases. En la primera, Magna negociará con la firma alemana, en la segunda se hablará con los sindicatos europeos y en la tercera entrarán en escena los gobiernos de países, ‘landers’ y comunidades autónomas afectados.