El proceso de segregación entre ambas empresas, que se desarrollaba desde 2007, estaba actualmente pendiente de que Gecina traspasara a Metrovacesa edificios de oficinas ubicados en París valorados en 1.700 millones de euros, a cambio de su participación en la empresa.
Gecina dio por suspendida esta separación el pasado año, cuando un grupo de seis entidades financieras se hizo con el control de Metrovacesa ante los problemas de deuda de la familia Sanahuja, ex primer accionista de la inmobiliaria. Metrovacesa acordó entonces estudiar el acuerdo de separación, para, finalmente, la pasada semana convenir en que «no es posible» completarlo, y anunciar que se mantendrá como accionista de referencia de la patrimonialista francesa.
En este sentido, el orden del día de la junta de Gecina destaca la ratificación de los nuevos consejeros en representación de la inmobiliaria española. Metrovacesa tendrá así cinco consejeros en la filial francesa, y contará de esta manera con igual número de representantes que los socios Rivero y Soler.
Pese a los acuerdos alcanzados entre las dos empresas sobre la separación y el reparto del consejo, Rivero y Soler mantienen limitados al 20% los derechos de voto en Gecina en virtud de una resolución emitida por el Tribunal de Comercio de París a petición de Metrovacesa. Como consecuencia de este pronunciamiento, la junta general de accionistas Gecina de mañana estará presidida por un representante judicial.