En un artículo interno en su boletín de noticias la compañía británica solicitó a sus empleados a que elijan voluntariamente entre dejar de trabajar una semana o un mes sin remuneración, medida que incluso podría extenderse a lo largo de entre tres y seis meses, y puso como ejemplo al presidente de la aerolínea, Willie Walsh, que no cobrará su salario de 72.700 euros correspondiente al mes de julio.
Sin embargo, las posiciones están lejanas, sobre todo entre la empresa y los pilotos y el personal de cabina, que no quieren renunciar, ni siquiera temporalmente, a una serie de beneficios laborales porque temen que la empresa no se los devuelva una vez superada la crisis.
Willie Walsh, advirtió recientemente que la aerolínea está luchando por la «superviviencia» en medio de la crisis «más seria» que ha tenido el sector aéreo.
«Estoy buscando en cada parte de la empresa para contribuir de alguna manera de forma eficaz al plan de supervivencia de la empresa», dijo.
Cada esfuerzo cuenta para «ayudar a la empresa en su plan de supervivencia», dijo Walsh al anunciar el recorte de su millonario sueldo en medio de las difíciles negociaciones que mantienen la dirección de BA y los sindicatos sobre el futuro de la compañía.
Está previsto que este miércoles se pueda anunciar un acuerdo sobre salarios y productividad que permita la viabilidad de BA.
Según informó la BBC, BA ha mantenido durante las últimas semanas conversaciones con los sindicatos de forma «urgente» y está previsto que el próximo miércoles pueda anunciar un acuerdo con los representantes de los trabajadores en torno a los salarios y la productividad que permitan la viabilidad de la aerolínea.
British Airways cerró su ejercicio fiscal 2008-2009 el pasado 31 de marzo con unas pérdidas netas de 358 millones de libras (406 millones de euros), frente a los beneficios de 726 millones de libras (824 millones de euros) que alcanzó el año anterior.
Es la primera vez que la aerolínea británica vuelve a los ‘números rojos’ desde el ejercicio fiscal 2001-2002, en el que contabilizó unas pérdidas antes de impuestos de unos 236,35 millones de euros.