Además, Fernández Ordóñez apuntó al aumento de la morosidad como uno de los «riesgos» a corto plazo que las entidades deben combatir y «gestionar adecuadamente».
A medio plazo, la competencia entre entidades presionará los márgenes operativos a la baja, lo que no podrá ser compensado con tanta facilidad como antes mediante mayores volúmenes de actividad.
El gobernador puntualizó que no todas las entidades financieras españolas están en la misma posición para soportar las tensiones de crédito, por lo que recomendó la reestructuración de un sector con «exceso de capacidad».
El sistema bancario, prosigue, es un activo de la economía española que debe ser preservado, pues es uno de los puntales de la futura «senda sostenible de crecimiento».
Por eso insistió en que el sector financiero español está abocado a la reestructuración para afrontar el exceso de capacidad y con el objetivo de afianzar un sistema «sólido y eficiente», necesario para adaptarse a las nuevas circunstancias.
El gobernador destacó en la presentación del informe anual de la institución correspondiente al 2008 que es importante que las entidades financieras acometan los cambios necesarios para adaptarse a la nueva realidad.
A su juicio, estos cambios pasan «ineludiblemente» por intensificar los esfuerzos por racionalizar las estructuras de costes operativos y por corregir el exceso de capacidad del sector que se deriva de una tendencia generalizada hacia menores niveles de apalancamiento en las economías.
Fernández Ordóñez subrayó que este exceso de capacidad debe afrontarse a través de «procesos de reestructuración» que permitan afianzar un «sistema de intermediación financiera sólido y eficiente», un activo, que a su juicio, España debe preservar para que, una vez finalizada la crisis, pueda retomarse la senda sostenible de crecimiento, apoyada en una «asignación eficiente de todos los recursos, incluidos los financieros».
En este sentido, recordó que el papel central del sistema de intermediación financiera explica que el Estado haya mostrado su disposición a aportar capital a las entidades «viables» que lo necesiten, condicionando la ayuda a la reestructuración de las instituciones, según los principios que se han planteado en los foros internacionales y que se han respaldado en el Congreso de los Diputados.
Agilizar la capacidad de intervención
Asimismo, Fernández Ordóñez se mostró confiado en que el espíritu de cooperación en los asuntos de interés general relacionados con la estabilidad y fortaleza del sistema financiero puedan materializarse «pronto» en un conjunto de disposiciones que refuercen la capacidad de actuación ante los problemas que se puedan presentar, «en línea con la tradición del Banco de España y de acuerdo con la especificidad de las tensiones que se están viviendo».
A su juicio, la cooperación será necesaria para avanzar en el diseño de los nuevos principios que deberán guiar el funcionamiento de los mercados y los intermediarios financieros a escala global. Asimismo, resaltó la importancia de que España participe «activamente» en todos los trabajos de los foros internacionales.
El gobernador también recordó que el sistema financiero «está en disposición de superar todos los retos», pero que no todas las entidades están en la misma posición a la hora de afrontar las tensiones como consecuencia de las políticas crediticias que han seguido, tan diferentes tanto en términos de expansión como en el grado de concentración de los riesgos.
Estas diferencias también se aprecian, según apunta el gobernador, entre instituciones que han seguido estrategias similares tanto en la selección de los riesgos como en su capacidad para gestionarlos y en los «colchones» en términos de rentabilidad y solvencia, disponibles para amortizar los efectos de su materialización.