La T-1 ha sido inaugurada hoy con la presencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente Montilla, el ministro de Fomento, José Blanco, y el arquitecto Ricardo Bofill, que la ha diseñado, además de una nutrida representación de la clase política, empresarial y económica.
Según Montilla, «hoy se abre la puerta grande de Cataluña hacia el mundo y la puerta de entrada también a Cataluña», un aeropuerto que «aspira a ser el gran aeropuerto del Mediterráneo». El presidente de la Generalitat ha reivindicado el esfuerzo inversor de las instituciones y en especial del Gobierno central, del que ha dicho que «jamás» había invertido tanto en infraestructuras en Cataluña como en estos momentos.
Asimismo, y alejado de la pugna por la paternidad del proyecto de la ampliación de El Prat, Montilla ha recordado que la T-1 «ha requerido que unos gobiernos la planificaran y otros la ejecutaran y pagaran».
«Es tan oportuno reconocerlo como no desmerecer a nadie», ha agregado el presidente de la Generalitat, que cree que es «positiva» la continuidad en la culminación de los proyectos.
Montilla ve en la T-1 «una de las banderas de la recuperación económica», una nueva infraestructura que «Cataluña necesitaba hace muchos años» y que le debe ayudar en seguir con su «rol de motor y locomotora de la economía española», y también para que España pueda «competir a nivel internacional».
El presidente catalán cree que el nuevo aeropuerto ampliado debe de ser un exponente de la «España en red» y un «icono de la España policéntrica del presente, capaz de organizarse y proyectarse coordinadamente, superando viejas inercias centralizadoras».
Palabras de Zapatero
Zapatero, que ha inaugurado hoy la nueva terminal de El Prat, T-1, ha respondido así a la petición del presidente de Cataluña, José Montilla, que en el acto le ha recordado que la Generalitat quiere tener un papel «decisivo» en la gestión del aeropuerto.
El presidente del Gobierno ha recordado que están inmersos en un proceso de remodelación del modelo aeroportuario español y ha dicho que espera un sea un trabajo «compartido» entre el Gobierno y la Generalitat, un modelo que combinará la «lógica descentralización y la incorporación de la sociedad civil».