Además, la Cámara insta al Gobierno vasco a colaborar en la elaboración de planes sociales y económicos que deben acompañar al cierre de la central, así como a mantener cauces de diálogo con el Gobierno de España, como instancia competente, y con las demás Administraciones implicadas, para dar solución al problema, con el fin de transmitir a la ciudadanía una información transparente al respecto.
Por otro lado, PSE, EB y Aralar sacaron adelante, con el voto en contra de PP y la abstención de PNV, UPyD y EA, una enmienda de adición del grupo Aralar en la que se insta al Gobierno central a que cumpla su compromiso de sustituir la energía nuclear por energías más seguras, limpias y baratas, procediendo al cierre de las centrales nucleares una vez agotada su vida útil.
Asimismo, insta al Gobierno central a que desarrolle la policía de energías renovables en función de las necesidades energéticas existentes, es decir, evitando los excesos de producción y poniendo en marcha campaña de sensibilización ciudadana con el fin de promover el ahorro energético.
«Lo sensato y responsable»
Desde el PP, el parlamentario Carmelo Barrio, consideró que «lo sensato y responsable» es prorrogar la licencia de actividad y denunció que en el debate «existe mucha demagogia y marketing político electoral que se ha puesto por encima criterio técnico».
Además, aclaró que si el informe de CSN hubiera sido negativo el grupo habría defendido el final de las actividades de la central, «al igual que defendemos el mantenimiento de la actividad en base a los criterios claros y meridianos expuestos en el informe». «La vida útil de Garoña es hasta el 2019 y ampliar su actividad supondría ahorrar hasta 1.600 millones de euros en compra de energías fósiles a otros países», sentenció.
Barrio defendió que el mantenimiento de Garoña es «coherente con la política energética europea» y consideró que el debate genera «desconfianza, es alarmista y sin fundamentos». «No vamos a juzgar hoy Garoña; ya ha tenido un juicio sin tener pena de cierre y ha existido una declaración de utilidad por lo que debe haber vida en forma de prórroga de actividades», reiteró.
«No debemos quedarnos en el no por el no»
Por parte de UPyD, el parlamentario Gorka Maneiro, explicó que su formación «no es un partido pro-nuclear pero tampoco es un partido que pretenda oponerse a la energía nuclear sin reflexión previa» y reclamó «un debate transparente, objetivo y riguroso sobre energía, incluyendo la energía nuclear». Sin embargo, defendió que su voto en contra de la propuesta «no debe entenderse como un apoyo expreso a la energía nuclear, sino a favor de que se abra un debate transparente dejando al margen populismos y demagogias».
La parlamentaria del PSE Natalia Rojo defendió el cierre de la central aunque consideró que «no debemos quedarnos en el no por el no». Al respecto, reiteró la apuesta del PSE por las energías renovables y por la implicación del Gobierno vasco «dentro de sus capacidades, en las dificultades que surjan ante la decisión de cierre de la central».
Rojo recordó que la energía nuclear constituye una fuente energética «mucho más cara» que las energías renovables y que «lo único que nos aporta, la central, aunque importantes, son puestos de trabajo sin efectos que multipliquen su participación en la estructura de la economía». «El debate al que tenemos que enfrentarnos no es el de la seguridad de la central si no el de la política energética que queremos que defina nuestro país», defendió.