El circuito de Assen continúa deparando finales de infarto en sus carreras. En el caso de la categoría de 250cc, Aoyama cruzó en la meta en primer lugar con el tubo de escape colgando del carenado y con el ‘guardabarros’ deformado después del impacto de Álvaro Bautista después de que el japonés entrase ‘colado’ en una curva y el español no tuviera tiempo de frenar a la salida. «He visto como su moto se paraba y me la he comido», aseguraba Bautista al término de la carrera.
La competición empezó con los cuatro pilotos mejor situados en el Mundial en un grupo. Aoyama, Simoncelli, Barberá y Bautista se habían distanciado de Dimeglio, el campeón de 125cc en 2008 y el japonés lideraba el cuarteto. Él y Bautista se escaparon de Simoncelli, que condenaba a Barberá a no seguir el ritmo de los dos líderes. El piloto valenciano se quejaba al final de la carrera de lo complicado que resulta adelantar al italiano y de haber tenido que hacerlo con una maniobra muy arriesgada: «Con este [Simoncelli] no se puede hacer de otra forma».
Cuando Barberá adelanto a Simoncelli, Aoyama y Bautista ya estaban demasiado lejos, y el valenciano sólo pudo distanciarse del italiano y asegurar lo que en ese momento era el tercer puesto.
Sin embargo, el final tenía que disputarse con toda la intensidad. Aoyama y Bautista iban a decidir el primer y segundo puesto en la última vuelta. Pero no, en la ‘chicanne’ de entrada a meta, justo antes de enfilar la última vuelta, Aoyama se ‘cuela’ e intenta enderezar la marcha, pero su velocidad, muy inferior a la de Bautista hizo que el español no tuviera tiempo para frenar e impactase contra el japonés.
El resultado del incidente se cerró con un Aoyama dando la última vuelta 5 segundos más lento que Barberá y con Bautista en el suelo.