Brown añadió que su país «seguirá dejándole eso claro al régimen iraní» con la ayuda de sus aliados internacionales. Barroso, por su parte, expresó su «total solidaridad» con el Reino Unido y remarcó que «la intimidación y el hostigamiento son inaceptables». Los empleados de la legación fueron detenidos por su supuesta implicación en las protestas registradas en la República Islámica tras la polémica reelección del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, en los comicios del 12 de junio.
La relación entre Londres y Teherán es tensa, después de que el Ministerio de Exteriores de Irán confirmara la semana pasada la expulsión de dos diplomáticos británicos a los que acusa de interferir en los asuntos internos del país. En una decisión recíproca, Brown anunció la expulsión de Londres de dos diplomáticos iraníes. Además, Irán echó hace una semana al corresponsal permanente en Teherán de la cadena pública británica BBC, John Leyne, acusado de instigar los disturbios con sus informaciones.