«Estoy satisfecha. Es cierto que si no hubiera conseguido este título habría estado un poco frustrada», declaró la ciclista a la emisora «France Info», en donde reconoció que su victoria era «lógica» pero que «la lógica no es fácil de obtener».
Con más de 30 segundos de ventaja sobre la segunda clasificada, Edwige Pitel, Longo se apuntó su noveno título en la categoría desde que se comenzó a disputar un campeonato nacional de contrarreloj en Francia, en 1995.
Longo, 13 veces campeona del mundo, se saca con este título la espina que se le clavó en los Juegos Olímpicos de Pekín, donde quedó cuarta en la contrarreloj, a menos de dos segundos del bronce, que se adjudicó la suiza Karin Thurig.
La legendaria ciclista defenderá el próximo sábado su condición de campeona gala en ruta.
Suma y sigue a los 50
Más que una ciclista francesa, Jeannie Longo es una leyenda viva dentro de la serpiente multicolor, que ha ido viendo cómo año tras año esta veterana de 50 años se apunta muescas de oro en un palmarés excepcional.
Edwige no ha podido destronar a Longo, a pesar de que ésta duerma con el enemigo, pues su marido y ex preparador, Patrice Ciprelli, entrena a Pitel desde 2006, circunstancia que Longo interpreta como una «traición» -según el diario L’Équipe«- pero que no le ha impedido mantener su nivel de exigencia habitual.
Ciprelli no es sólo el esposo y ex entrenador de Longo. Es además la persona que le recomendó cambiar los esquís por los pedales, en los inicios de su extensa carrera deportiva.
Y es que la fórmula mágica de Longo es muy sencilla. Basta con disponer de unas condiciones físicas privilegiadas (que le llevaron a ganar títulos en categorías inferiores de esquí o de lanzamiento de disco) y trabajar el cuerpo con una disciplina y perseverancia fuera de lo normal.
Es así como esta mujer ha conseguido llevar a las vitrinas de la granja de las afueras de Grenoble en la que vive cuatro medallas olímpicas, trece campeonatos del mundo, uno de Europa, cincuenta y seis títulos nacionales, tres Tours de Francia y cinco podios, treinta y ocho récords del mundo, entre ellos el de la hora…
Una impecable hoja de servicio ciclista, deporte que sólo dejó de practicar en 1990 para intentar tener un hijo, y que sólo empaña su carácter hosco y huidizo que la aleja del gran público.
Tras haber superado hace décadas el listón «lógico» de la longevidad en el deporte profesional, sólo Longo es capaz de determinar hasta cuándo le queda gasolina en las piernas para seguir ganando carreras contra ciclistas a las que dobla en edad.
Un reto que brilla en el horizonte es el de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, una fecha que «no está tan lejos», según declaraba la propia ciclista en Pekín el año pasado, y que permitiría que la deportista acariciase por octava vez el fuego de Olimpia.
«Con total sinceridad, hoy diría que no, igual que dije con toda sinceridad que no estaría en Pekín»…y se quedó a un segundo de la medalla.