Manuel Zelaya aseguró que volverá a Tegucigalpa procedente de Estados Unidos, a donde partirá el miércoles para participar en una sesión de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, y otra de la OEA en Washington, y pidió al titular de este organismo, José Miguel Insulza, y a los presidentes que quieran que lo acompañen.
Mientras tanto, se estrechaba el cerco internacional al nuevo mandatario, Roberto Micheletti, cuya legitimidad aún no ha sido reconocida por ningún país, y se producían los primeros choques entre la policía y simpatizantes de Zelaya en los alrededores de la Casa Presidencial. Fuerzas policiales lanzaron gases lacrimógenos contra cientos de manifestantes que exigían el regreso del gobernante electo democráticamente, expulsado por el Ejército del país y destituido por el Parlamento.
Los agentes, apoyados por dos helicópteros, desalojaron varias barricadas que habían levantado los manifestantes y detuvieron a un número indeterminado de personas que organizaciones sociales cifran en alrededor de una treintena.
Los heridos superaron la veintena, según confirmaron fuentes de un hospital cercano a la sede de Gobierno, a donde fueron llevados la mayor parte de los lesionados.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) denunció las limitaciones a la labor de los medios de información en Honduras, la suspensión temporal de las señales de radio y televisión estatal, y las agresiones de periodistas por parte de los simpatizantes de Zelaya.
Micheletti jura el cargo
El presidente de Honduras designado por el Congreso, Roberto Micheletti, tomó juramento a cinco de sus ministros este lunes. Además de los nombramientos, el nuevo presidente confirmó en la Secretaría de Cooperación Internacional a Karen Zelaya, quien ocupaba esa cartera en el Gobierno del depuesto gobernante. Micheletti explicó que el resto de nuevos ministros serán nombrados esta semana, sin precisar fechas. «Estamos dentro de un régimen jurídico» y legal, dijo el nuevo canciller tras el juramento.
Por su parte, el nuevo ministro de Defensa afirmó que «las Fuerzas Armadas, como ha sido su principio, garantizan a toda la ciudadanía que el proceso electoral sigue en pie, que habrá elecciones y que en enero habrá un nuevo presidente», en alusión a los comicios generales de noviembre próximo.
La salida por la fuerza de Zelaya del poder ha sido condenada por toda la comunidad internacional y hasta el momento ningún país ha reconocido al nuevo ejecutivo de Micheletti. El nuevo canciller hondureño, Enrique Ortez, por su parte, dijo que ha instruido al embajador de este país en la ONU, Jorge Arturo Reina, para pedir a ese organismo que posponga cualquier reunión que trate sobre Honduras.
Micheletti fue designado el domingo por el Congreso como jefe de Estado, después de que los militares sacaran por la fuerza del poder y del país al presidente Manuel Zelaya. Ortez, ex embajador de Honduras ante las Naciones Unidas y en Francia, indicó que en el nuevo gobierno que asumió ayer tiene el «derecho de defender a Honduras» «Y eso lo vamos a hacer con argumentos y con documentos jurídicos», dijo.
El Gobierno de Micheletti insiste en que la salida por la fuerza de Zelaya y su nombramiento al frente del país es una «sustitución constitucional» y no un golpe de Estado, como lo ha calificado toda la comunidad internacional. El mandato de Zelaya, de cuatro años, debía finalizar el 27 de enero de 2010.
Retirada de los embajadores de la ALBA
Por su parte, los países miembros de la ALBA decidieron retirar sus embajadores acreditados en Tegucigalpa hasta que se restituya en la Presidencia de Honduras a Manuel Zelaya, depuesto por el Parlamento de su país que nombró en su lugar a Roberto Micheletti. «En vista del tajante rechazo que han manifestado la comunidad internacional frente al gobierno dictatorial que pretende imponerse (en Honduras), los países miembros de la ALBA hemos decidido retirar nuestros embajadores» de Tegucigalpa, acordaron en la declaración de Managua, leída por el canciller de Ecuador, Fander Falconí.