Jesse Jackson, que no tiene parentesco con los Jackson a pesar de la coincidencia en el apellido, insistió en que la familia del autor de Thriller estaba enfadada y frustrada por lo que había ocurrido, y por todas las incógnitas que quedan por esclarecer.
El reverendo insistió en que todas las miradas están puestas en el papel que pudo jugar el médico personal de Michael Jackson, Conrad Murray, en los momentos previos a la muerte del cantante y en relación a un supuesto abuso de los calmantes que podría haber estado tomando el «Rey del Pop». El hecho de que Murray, testigo presencial del fallecimiento de Jackson, se encuentre en paradero desconocido y no se haya intentado aclarar públicamente lo ocurrido no ha hecho más que levantar sospechas. «Cualquier otro doctor habría dicho ‘aquí está lo que pasó en la última hora de su vida y yo estaba allí. Le di algunas medicinas'», afirmó Jesse Jackson, quien señaló que Murray le debe una explicación a la familia y a la gente.
Preguntado sobre si los Jackson se planteaban solicitar una segunda autopsia del cadáver del cantante, el reverendo comentó que «es probable». «Estoy seguro de que deberían hacerlo», manifestó.
Michael Jackson falleció el jueves súbitamente en su domicilio en el lujoso barrio de Bel Air, en Los Angeles, y la policía ha abierto una investigación para esclarecer los motivos de su muerte. El viernes las autoridades realizaron una autopsia al cuerpo de Jackson sin resultados concluyentes, a la espera de que se conozcan los datos que deparen las pruebas toxicológicas, que podrían demorarse más de cuatro semanas.
Los agentes, que hablaron con Murray el día del fallecimiento de Jackson, tienen previsto volver a interrogarle, así como al doctor Tohme Tohme, por una posible relación indirecta con los hechos.