El nuevo modelo quiere que sea también obligatorio comunicar al mercado participaciones que superen el 0,5% del capital en una cotizada y que se incluyan tanto a valores financieros como no financieros.
Una posición corta supone el resultado neto de todas las posiciones en distintos instrumentos financieros incluyendo las propias acciones y las cuotas participativas y todo tipo de derivados sobre ellas que supongan un efecto positivo sobre el titular ante descensos en el precio de las acciones.
Segura explicó que las medidas adoptadas desde el comienzo de la crisis financiera para controlar las posiciones cortas, que pasan desde la restricción de las ventas al descubierto o la obligación de comunicarlas, no han logrado evitar la desestabilización que han causado en los mercados.
Sin embargo, el presidente de la CNMV aseguró que las posiciones cortas son útiles para fomentar la liquidez y controlar la formación de «burbujas» en la formación de precios, pero señaló que pueden favorecer «conductas incompatibles» con la adecuada formación de precios y de ahí la necesidad de extremar la transparencia.
En este sentido, Segura recordó que la Organización Internacional de Comisiones de Valores, IOSCO, ha emitido recientemente un comunicado sobre el asunto, y se mostró partidario de «escuchar» a todos los sectores afectados.
La crisis, prosiguió, ha demostrado las dificultades para la estimación de riesgos y ha sobredimensionado el apalancamiento, con lo que se ha permitido que coexistan zonas reguladas y no reguladas o «agujeros negros» debido en parte a un exceso de innovaciones financieras.
Según Segura, algunos productos financieros han resultado ser tan complejos que han provocado que estos activos queden sólo en manos de inversores institucionales, con lo que el riesgo de liquidez se ha manifestado «al menos, tan importante como el de crédito».
Por lo que respecta a la transparencia, el presidente de la CNMV indicó que en momento de volatilidad e incertidumbre como el actual es imprescindible afinar en la valoración de activos, especialmente fondos de inversión, y en la información sobre emisiones.
En cuanto a los fondos, Segura recordó que la CNMV ha actuado ya para lograr que los reembolsos se produzcan en las mejores condiciones posibles, y en cuanto a las emisiones aseguró que la coexistencia de dos supervisores, el Banco de España y la propia CNMV, garantiza tanto la solvencia como la conducta de los emisores.
También advirtió sobre los riesgos de un exceso regulatorio o «ultra activismo», aunque reconoció que las dificultades de los supervisores se han visto agravadas por la escasa coordinación internacional.