En la tractorada participaron 800 vehículos agrícolas, según las entidades que convocaron la movilización, y 700 según la Policía Local, para reivindicar una intervención de la administración contra la entrada de leche foránea, ayudas directas y «precios dignos» para la leche en origen.
La caravana partió despacio y los manifestantes fueron fieles a su intención de ocasionar «el menor daño posible», por lo que no pusieron problemas para parar de vez en cuando y facilitar la circulación.
Sin embargo, todo se complicó cuando los tractores pararon cuando circulaban por la ronda de la muralla, a la altura del edificio administrativo de la Xunta, para esperar por los más rezagados.
A partir de ese momento, el casco histórico se convirtió en todo un laberinto para encontrar una salida y acceder al mismo supuso un ejercicio de paciencia que se prolongó durante casi tres horas.
Al final, en el campamento base quedaron bastantes menos tractores de los que salieron, pero casi todos marcharon con la intención de regresar hoy y dar continuidad a unas movilizaciones que tienen como objetivo fundamental que producir leche «no suponga perder dinero», tal y como explicó a Efe uno de los ganaderos.
«Trabajar en estas condiciones es peor que estar en el paro. En el paro recibes una cantidad todos los meses, pero nosotros tenemos que poner dinero de nuestro bolsillo para seguir trabajando», reflexionó el mismo ganadero.