De acuerdo con Lula, tras los acuerdos alcanzados la semana pasada durante la Cumbre del G8 (países más ricos) en Italia, un avance en las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) ahora quedó en manos del G20 (que integra a los países más ricos con las mayores economías emergentes).
El G20, que ganó fuerza el año pasado como foro para discutir medidas para enfrentar la crisis económica mundial, volverá a reunirse a nivel presidencial en septiembre en Nueva York para aprovechar la apertura de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
«El G8 ya le pidió a la comisión responsables por las negociaciones que la Ronda de Doha tiene que ser decidida hasta el 2010. Yo le dije a Pascal Lamy (director de la OMC), que es quien coordina las negociaciones, que 2010 no significa diciembre sino enero o febrero», afirmó el gobernante brasileño.
De acuerdo con Lula, las negociaciones hay que acelerarlas para que sus resultados puedan traer rápidamente beneficios a los países que más sufren con la crisis económica mundial.
El jefe de Estado brasileño aseguró que la próxima Cumbre del G20 se realizará en un «escenario de optimismo porque todo el mundo sabe que las decisiones que ya tomamos están siendo implementadas», entre las que citó dotar de más dinero al Fondo Monetario Internacional (FMI) y reforzar al Banco Mundial para que pueda financiar los proyectos de desarrollo de los países pobres.
De acuerdo con Lula, tras la pasada Cumbre del G8, quedó claro que el G20 es el foro más adecuado para discutir los problemas financieros y económicos mundiales.
«Nadie puede querer tener la hegemonía y creer que determinados grupos de países son los que deciden. Pero en lo que se refiere a la crisis económica tenemos que definir que es el G20 el que tiene que decidir las reglas que van a controlar el sistema financiero y a regir la economía mundial en adelante», dijo.
«Creamos el G20 para discutir la crisis financiera. Podemos crear otros grupos para discutir otros asuntos pero también podemos usar el G20 para discutir asuntos importantes como los cambios climáticos, la Ronda de Doha, acuerdos sobre comercio internacional y el control del sistema financiero», dijo.
«El G20 representa prácticamente el 80% de la riqueza mundial y gran parte de la población mundial, por lo tanto tiene autoridad moral para discutir cualquier cosa», agregó.
Lula aclaró que tampoco es posible pensar que el G20 representa todo el mundo y que, por eso, hay que fortalecer la ONU para que todo el mundo pueda tener representación, desde un país como China con 1.300 millones de habitantes hasta una isla de 300.000 habitantes.