«Las tesis de China son compartidas por todo el mundo no occidental: l) la contaminación acumulada en el planeta la hemos producido los ‘viejos ricos’; 2) las multinacionales trasladan a las naciones emergentes las producciones más contaminantes; 3) el nivel de vida de los indios y de los chinos es muy inferior al nuestro y, en cuanto a consumos frugales, deberíamos aprender de ellos. Conclusión: no se puede pedir a los colosos asiáticos que paren sus centrales de carbón sólo porque ellos son más numerosos. No se trata de una divergencia ‘negociable’ sobre cifras y fechas, sino de un enfrentamiento entre visiones, intereses y necesidades profundamente diferentes».