De esta forma, explicaron las fuentes, al tener que destinar menos dinero a provisiones, las entidades podrán disponer de más liquidez y decidirse por fin a dinamizar el alicaído negocio crediticio, que afronta sus horas más bajas desde que comenzó la crisis financiera, que a principios de agosto cumplirá su segundo aniversario.
Los cambios fijados en la misiva remitida por el supervisor a las patronales de bancos y cajas, AEB y CECA, respectivamente, cuyo contenido adelantaba ayer el diario El País, se aplicarán a partir de ahora, por lo que no influirán en las cuentas del primer semestre que publican estos días bancos y cajas.
Según explicaron fuentes del Banco de España, esta actualización de los criterios de dotación a provisiones no implica modificación alguna del texto de la Circular 4/2004 del Banco de España, en la que se fijan pormenorizadamente la cuantía y la forma en que se deben realizar las dotaciones.
Las fuentes precisaron que la mencionada actualización de las provisiones «en una cartera concreta de créditos» queda compensada con revisión al alza en las dotaciones de otras carteras, concretamente las de los créditos al consumo.
El organismo emisor considera, en definitiva, que el efecto de los cambios «tiende a ser neutro y se mantiene el nivel total de provisiones del sistema», que en opinión del Banco de España, se mantiene en niveles «muy altos» de exigencia.
Los cambios fijados en la carta se aplicarán a partir de ahora, por lo que no influirán en las cuentas del primer semestre que publican estos días bancos y cajas.
En la carta, el supervisor explica que la cobertura mediante provisiones del riesgo de crédito, ha sido en España «una de las principales líneas de defensa frente a situaciones de crisis» y añade que «en un entorno tan complejo como el actual», debe seguir siendo una de las fortalezas del sistema financiero.
Por su parte, fuentes del Banco de España explicaron que esta actualización de los criterios de dotación a provisiones no implica modificación alguna del texto de la Circular 4/2004 del Banco de España, en la que se fijan de forma pormenorizada la cuantía y la forma en que se deben efectuar las dotaciones.
Después de hacerse públicos estos cambios, fuentes del sector financiero y analistas consultados por Efe los calificaron de positivos pero «insuficientes y muy limitados».
El hecho de que la flexibilización sólo afecte a las «hipotecas malas» y que además se compense con la revisión al alza en las provisiones de los créditos al consumo hace, según los expertos, que el impacto sea «prácticamente nulo».
Por su parte, fuentes de la CECA subrayaron que estos cambios suponen un reconocimiento de que la vivienda tiene un valor y que «vienen muy bien porque estamos atravesando una recesión». En cualquier caso, insistieron en que, en esta situación, todavía hay que mantener «una actitud prudente».