Los inversores iniciaron la semana calibrando más datos de ganancias de grandes empresas de EEUU en los últimos meses y sus perspectivas de negocio para la segunda mitad del año, que siguen afectadas por el debilitamiento de la economía.
Las acciones de la compañía Verizon, que ofrece servicios de telefonía móvil, internet y televisión, descendían un 2,38% y era la empresa del Dow que registraba una bajada más aguda, después de anotar un descenso del 21,2% en su beneficio en el periodo abril-junio, aunque incrementó un 11,3% sus ingresos.
En cambio los títulos de la empresa rival AT&T se revalorizaban el 0,51%, en una jornada que también resultaba favorable para la farmacéutica Pfizer (0,18%) o la empresa 3M (0,56%), entre otras.
El sector financiero subía en su conjunto el 0,63% y las acciones de Bank of America se revalorizaban un 4,79%, con lo que se situaba a la cabeza del grupo de empresas del Dow que se negociaban al alza.
Las acciones de JPMorgan Chase avanzaban el 0,58%, en tanto que American Express perdía un 0,6% respecto del viernes.
Otras empresas del sector de materias primas e industrial también registraban ganancias, incluido Alcoa (2,81%), Caterpillar (1,07%, Dupont (0,77%) y General Electric (1,75%).
Entre las empresas de tecnología incluidas en el Dow, Microsoft retrocedía el 1,88%, Hewllet-Packard perdía el 0,96% e IBM retrocedía el 0,49%, entre otras.
Las acciones de la compañía Honeywell, que difundió resultados este lunes, perdían un 0,29% de valor, después contabilizar un descenso del 37,75% en su beneficio en el trimestre pasado y señalar su consejero delegado, Dave Cote, que no están planeando la segunda mitad de este año con perspectivas de una mejora de la economía.
El mercado bursátil recuperó por momentos algo de terreno después de conocerse que las ventas de casa nueva en EEUU aumentaron un 11% el mes pasado, el tercero incremento mensual consecutivo, según informó el Departamento de Comercio.
El barril de crudo de Texas se depreciaba 17 centavos y se negociaba a 67,88 dólares en el mercado neoyorquino de materias primas y la deuda pública estadounidense a diez años bajaba de precio, y ofrecía una rentabilidad del 3,72%.