Las fuerzas de seguridad de Rangún habían reforzado la presencia policial en las cercanías de la cárcel y solicitado el cierre de los comercios de la zona, ante el inminente veredicto, que finalmente no se dará a conocer.
Fuentes de la Liga Nacional por la Democracia aseguraron que la Policía detuvo la noche del jueves a varias decenas de activistas en distintos barrios de Rangún, la antigua capital.
Acusada
Aung San Suu Kyi, la premio Nobel de la Paz, detenida por primera vez en 1989 y que ha pasado catorce de los últimos veinte años en cautividad, fue acusada de quebrantar el arresto domiciliario al cobijar en su casa durante dos noches a un estadounidense que se coló en su domicilio tras burlar la seguridad.
El juicio quedó visto para sentencia el pasado martes, después de un oscuro proceso en el que sólo se ha permitido declarar a un testigo de la defensa y que ha sido tachado de «farsa» por la comunidad internacional y la oposición.
Pena máxima de cinco años
Suu Kyi se enfrenta a una pena máxima de cinco años por violar las condiciones del arresto domiciliario que cumplía desde 2003, lo que la dejaría fuera de la arena política de cara a los comicios que la dictadura militar ha anunciado para 2010.
En este sentido, Estados Unidos renovó su llamada a la liberación de la presa política más famosa de Birmania. «Creemos que debe ser inmediata e incondicionalmente puesta en libertad, junto a los otros 2.100 prisioneros políticos», dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly.
Las dos mujeres que cuidaban de Suu Kyi en su confinamiento y el estadounidense John Willian Yettaw, que se coló en su casa, son juzgados junto a la jefa de la LND, detenida por vez primera en 1989 tras convertirse en la figura más visible de la oposición durante las protestas multitudinarias del verano del 88. El abogado Nyan Win ya ha anunciado que apelará una posible sentencia de culpabilidad.
Birmania, gobernada por una férrea dictadura militar desde 1962, es uno de los países más aislados y depauperados del planeta.