sábado, noviembre 23, 2024
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Blair será llamado a testificar en la investigación sobre la guerra de Iraq

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En una rueda de prensa celebrada en Londres, el presidente de la comisión independiente investigadora, John Chilcot, ex subsecretario permanente del Ministerio para Irlanda del Norte, indicó que el ex prmer ministro Tony Blair y «otras figuras importantes implicadas en la decisión (de ir a la guerra)» figuran entre los testigos a los que se pedirá declarar. Aunque ya se han efectuado cuatro investigaciones sobre diferentes aspectos de la contienda, los críticos aún sostienen que quedan preguntas por responder.

La nueva pesquisa, que cubrirá el periodo entre el verano de 2001 y julio de 2009, examinará la preparación de la invasión, la información de inteligencia usada para su justificación, el propio conflicto y la posguerra hasta la actualidad. La investigación venía precedida de gran polémica desde que el actual primer ministro y sucesor de Blair, el laborista Gordon Brown, anunciara la iniciativa el pasado junio ante el Parlamento.

Parcialmente pública

Al principio, Brown afirmó que la indagación se desarrollaría a puerta cerrada para no comprometer la seguridad nacional, si bien reculó y accedió a que fuese parcialmente pública tras la presión de la oposición, los militares y las familias de los soldados muertos. A ese respecto, el presidente aseguró el jueves que el proceso pretender ser «tan abierto como sea posible», si bien precisó que algunas sesiones tendrán lugar en privado, bien por razones de seguridad nacional, bien para permitir «más franqueza».

Chilcot también adelantó la «posibilidad de sesiones que sean televisadas y retransmitidas en directo por Internet». Asimismo, el ex funcionario subrayó que la indagación no busca enjuiciar a nadie, aunque la comisión «no rehuirá hacer críticas».

Los resultados de la investigación no se harán públicos hasta después de las elecciones generales, previstas para el próximo junio a más tardar, algo que ha provocado las críticas de la oposición. Chilcot, empero, argumentó que la tarea pendiente es «enorme» y la pesquisa no acabará hasta finales de 2010 como muy pronto. Nick Clegg, líder del Partido Liberal-Demócrata (único que se opuso a la guerra), remarcó que «el Gobierno no debe interferir para mantener a Blair y Brown fuera del foco de atención por el bien de la conveniencia políticas en las vísperas de las elecciones».

El principal aliado

«Tony Blair ordenó esa guerra desastrosa y Gordon Brown (entonces ministro de Economía) firmó los cheques. Si ellos no comparecen en público, esta investigación será vista como un encubrimiento», advirtió Clegg. La pesquisa se lanzó después de que el Reino Unido completase este mes la retirada oficial de sus tropas en Iraq, donde 179 soldados británicos han muerto desde que la coalición liderada por Estados Unidos invadiera el país el 20 de marzo de 2003.

Los pocos soldados de Gran Bretaña (entre 100 y 150) que quedaban en Irak se han retirado temporalmente a Kuwait, a la espera de que el Parlamento iraquí ratifique un nuevo acuerdo -el existente expira mañana- que permita su continuidad para formar a la Armada nacional. Tony Blair movilizó hasta 46.000 militares en el Golfo Pérsico para apoyar la ofensiva, pese a las reticencias de su propio partido y las multitudinarias protestas de la población británica contra una guerra que no contó con el respaldo de la ONU.

Además, Blair fue el principal aliado del entonces presidente de EEUU, George W. Bush, en el ataque a Irak, perpetrado con el argumento de que Sadam Husein mantenía nexos con la red terrorista Al Qaeda (acusación de la que jamás se ofrecieron pruebas) y poseía armas de destrucción masiva (un arsenal que nunca llegó a aparecer).

Frente a la opinión de Gordon Brown de que «el Irak actual es una historia de éxito», Chris Nineham, uno de los fundadores de la Coalición Para Parar la Guerra, que en 2003 sacó a la calle a millones de británicos para protestar contra la contienda, considera que «toda la operación ha sido un desastre total». «En vez de aprender las lecciones de la catástrofe de Irak -lamentó Nineham en declaraciones a EFE-, el Gobierno británico está ahora intensificando otra guerra (la de Afganistán) que no se puede ganar y es tan destructiva como la Iraq».

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