miércoles, noviembre 27, 2024
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Obama celebra la «cumbre cervecera» con los protagonistas del altercado racial

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En los últimos dos días el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, se había visto acribillado a preguntas en sus ruedas de prensa diarias acerca de qué marcas de cerveza exactamente tomarían los convidados, o en qué lugar preciso de los jardines iban a sentarse. La respuesta: Obama una «Bud Light», el sargento Crowley una «Blue Moon», el catedrático Gates una «Sam Adams Light» y Biden una «Buckler» sin alcohol. Se sentaron en las proximidades del Despacho Oval.

El propio Obama se declaró antes del encuentro «fascinado por la fascinación» despertada. «No es una cumbre, somos tres personas que vamos a compartir una cerveza al final del día y -ojalá- tendremos la oportunidad de escucharnos los unos a los otros», indicó el presidente estadounidense tras una reunión con su colega filipina, Gloria Macapagal Arroyo.

Un encuentro con «gancho»

Finalmente, tras toda la expectación despertada, los periodistas debieron resignarse a presenciar el comienzo del encuentro a más de cincuenta metros de distancia, sin poder hacer preguntas a los participantes.

En torno a una mesa blanca se sentaban Obama y el vicepresidente de EEUU, Joe Biden, en mangas de camisa. En una posición manifiestamente menos relajada se encontraban Crowley y Gates, ambos de chaqueta y corbata. Los cuatro consumían cerveza en jarras de una pinta, mientras picaban cacahuetes y pretzels -unas galletas saladas en forma de lazos- de unas bandejas de plata en medio de la mesa.

El sargento de Policía, más próximo a Obama, parecía dominar la conversación, mientras que Gates, reclinado sobre el respaldo de su asiento, le escuchaba atentamente junto a Biden. Tanto Gates como Crowley habían acudido junto a sus familias a la Casa Blanca y pudieron recorrer la residencia presidencial antes de sentarse a charlar.

Una lección aprendida

En un comunicado tras el encuentro, Obama reveló que los dos implicados ya habían conversado entre ellos, «lo que les honra». «Siempre he creído que lo que nos une es más fuerte que lo que nos separa», sostuvo el presidente, que consideró que «eso es lo que ha ocurrido esta noche y creo que todos nosotros podremos sacar una lección positiva de este episodio».

La Casa Blanca había descrito previamente la reunión como «una oportunidad de sacar una lección» si bien reconoció que con este encuentro no se solucionarán las tensiones raciales que existen en Estados unidos.

Altercado racista

El encuentro informal se produjo después de que Gates quedara detenido por alteración del orden público el pasado día 16 cuando Crowley, que había recibido un aviso de posible robo en el domicilio del catedrático de la Universidad de Harvard, acudió a investigar qué ocurría. Gates, una de las principales autoridades en estudios afro-americanos en EEUU, acababa de llegar de viaje y había tenido problemas para abrir la puerta de su vivienda en la localidad de Cambridge, en Massachusetts. El catedrático asegura que Crowley le trató con desdén y que se negó a darle su número de credencial de policía. Por su parte, el sargento de Policía denuncia que el catedrático le gritó y le acusó de detenerle por ser «un negro en Estados Unidos».

El presidente se vio involucrado cuando, en una rueda de prensa la semana pasada, opinó que la Policía de Cambridge había actuado de manera «estúpida». Ante la oleada de protestas que generó esa declaración, Obama se vio obligado a aclarar sus palabras y declarar que lo que quiso decir es que ambas partes debían haber mantenido la «cabeza fría» en el incidente.

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