El documento detalla las decisiones adoptadas por un pleno del Comité Central del PCC que encabezó el miércoles pasado el actual gobernante cubano, general Raúl Castro, quien había anunciado el Congreso para fines de este año al asumir la Presidencia en febrero de 2008.
Según el comunicado divulgado por los medios cubanos, Raúl Castro, segundo secretario del PCC, «argumentó» que el VI Congreso «no puede ser un evento más» porque «lo más probable es que, por ley de vida, sea el último que encabece la dirección histórica de la revolución». «El tema principal es la economía» porque Cuba está «ante el imperativo de sacar bien las cuentas de lo que realmente dispone el país, de cuánto contamos para vivir y desarrollarnos», añade el documento.
«Primero se impone concluir la preparación del Partido, después analizar con la población en su conjunto y solo realizar el Congreso cuando ese proceso haya terminado», indicó Raúl Castro, según la nota oficial.
Cuba atraviesa una de las coyunturas económicas más graves del actual régimen, que cumplió 50 años en enero pasado, debido a las repercusiones de la crisis financiera global y los destrozos por 10.000 millones de dólares que dejaron en 2008 tres huracanes que azotaron la isla. Según datos oficiales, el crecimiento de la economía cubana disminuyó del 12,5% en 2007 al 4,3% en 2008, y la previsión del gobierno para 2009 ya fue rebajada oficialmente del 6% al 2,5%, pero economistas independientes creen que es optimista incluso esa última cifra.
Un 2010 «igualmente difícil»
El vicepresidente del Consejo de Ministros y titular de Economía y Planificación, Marino Murillo, anunció la reducción de la meta de crecimiento para el 2009 y los nuevos reajustes en un informe que presentó al pleno del Comité Central.
Murillo señaló que el 2010 «será igualmente difícil» para Cuba, e indica que a partir de ahora se deben cumplir «premisas» económicas como la «descentralización» de los productos y servicios «que más ingresos aportan», y garantizar que los aumentos de producción reduzcan importaciones. Según el comunicado, Raúl Castro «alertó» sobre la importancia de que los cubanos comprendan que las medidas son «difíciles y nada gratas, pero sencillamente inaplazables».
«La revolución está decidida a enfrentar los graves efectos negativos de la compleja situación que vive hoy la economía mundial y el derivado de nuestras propias insuficiencias», dijo el mandatario. Aseguró que el pueblo cubano «sabe crecerse ante las dificultades» y resaltó «la rápida y positiva reacción» ante las medidas adoptadas en junio para disminuir el consumo de energía.
También llamó a «estimular el debate y la sana discrepancia» para encontrar las mejores soluciones, y agregó que «el trabajo ideológico debe brindar argumentos sólidos, favorecer el intercambio de criterios y eliminar lo superfluo, la fanfarria y la simple repetición de consignas».
«Cuanto se ha alcanzado en el incremento de la capacidad defensiva del país confirma que cuando se adoptan medidas adecuadas y se controla correctamente su ejecución, se obtienen resultados», añadió el general. Insistió en que «el frente económico» es «esencial» para la seguridad nacional, y destacó que la producción de alimentos es un asunto de «máxima prioridad» ante los altos precios del mercado mundial y «para estar en condiciones de enfrentar situaciones aún más complejas». Este sábado Raúl Castro presidirá una sesión ordinaria de la Asamblea Nacional, durante la que se espera el anuncio de nuevas medidas económicas.