El desconcierto comenzó ya desde los primeros minutos, puesto que la carrera de 125 c.c. se declaró de seco pero con la amenaza cierta de la lluvia y quizás por eso todos tenían prisa por colocarse en cabeza, pero una vez más fue Pol Espargaró (Derbi) quien protagonizó la mejor actuación, aunque no tuvo ninguna recompensa.
Pol se quería sacar la «espina» de su caída en Donington Park en 2008, que supuso la fractura de una clavícula y lo cierto y verdad es que iba camino de conseguirlo si la lluvia no da al traste con sus planes, que por entonces pasaban por ser un sólido líder en solitario.
Pero la lluvia comenzó a caer y la carrera se tuvo que parar. Cambio de neumáticos y regreso a la pista para una segunda carrera de apenas cinco vueltas que más bien resultó ser una lucha contra el reloj de algo menos de diez minutos.
Y en esas surgió la figura de quien cada vez más se va perfilando como el «jefe» de la categoría, Julián Simón (Aprilia), quien sabía que todo lo anterior no valía para nada y los puntos se repartían en esa especie de ensayo de carrera.
Esperó el momento oportuno y asestó el golpe definitivo a quien se había propugnado como aspirante, por primera vez, a la victoria, el italiano Simone Corsi, que no pudo hacer nada para que el de Villacñas sumase 25 puntos que le mandan de vacaciones con el doble de ventaja respecto a su más inmediato perseguidor, que sigue siendo Sergio Gadea (Aprilia), aunque no sumó ni un solo punto.
Sólo hubo un denominador común en el cuarto de litro, el japonés Hiroshi Aoyama (Honda), que supo sacar ventaja de las condiciones climatológicas para dominar la prueba desde la primera hasta la última vuelta, mientras por detrás Álvaro Bautista (Aprilia) se tuvo que emplear a fondo para minimizar al máximo el «golpe» de su rival.
Por momentos dio la impresión de que en el tramo final el piloto de Talavera de la Reina sería capaz de neutralizar la ventaja del japonés, pero éste tenía la situación muy controlada y se hizo con su tercera victoria de la temporada.
El desastre, deportivo, llegó en MotoGP. Apuntó muy buenas maneras Toni Elías, que salió como una exhalación y buscando moto a la que subirse el año que viene, le relegaron de esa responsabilidad los «de siempre», salvo el australiano Casey Stoner (Ducati Desmosedici), que sufrió la humillante situación de verse doblado por sus rivales habituales en una arriesgada y equivocada decisión de su equipo.
Stoner y Hayden tomaron la salida de la carrera con neumáticos de agua equipados en sus Ducati Desmosedici y el desastre no se hizo esperar ni una sola vuelta. La lluvia no apareció y tanto el australiano como el estadounidense se cansaron de dar vueltas esperando la lluvia que nunca llegó con consistencia.
El resto, con neumáticos lisos, hizo lo que pudo en ocasiones, pues hubo sustos y caídas de todos los tipos.
Al liderato efímero de Elías le llegó el relevo de un más consistente Jorge Lorenzo (Yamaha YZR M 1), pero su ambición y un error garrafal al pisar la línea blanca, le hicieron rodar por los suelos sin posibilidad de continuar.
Espectadores de lujo de esa caída fueron Valentino Rossi (Yamaha YZR M 1) y Andrea Dovizioso (Honda RC 212 V), que quizás por eso se lo tomaron con más calma, pero lo que no suele ser habitual en el «boss» se produjo y el ocho veces campeón del mundo rodó por los suelos ante la mirada perpleja de «Dovi», quien tomó buena nota de lo sucedido y aguantó encima de la moto hasta ser el primero en ver la bandera de cuadros.
Con todo, Rossi recuperó su moto, la arrancó y con la maneta del embrague mirando al cielo fue capaz de llegar a meta en quinta posición, por lo que aún se permitió el lujo de aumentar su ventaja en el campeonato, puesto que Lorenzo, no puntuó, y Stoner y Pedrosa lo hicieron, pero por detrás de él.