Circo, un poco de ballet, otro de danza contemporánea, gimnasia, acrobacias y movimientos cotidianos, alineados en sobredimensionados decorados surrealistas, son la «receta» que «intenta» definir la compañía Diavolo Dance Theatre, según su director artístico, Jacques Heim.
El grupo desembarca por primera vez en España y se presentará desde mañana hasta el 16 de agosto en el escenario Puerta del Ángel, en el marco de Veranos de la Villa.
«Somos una compañía un poco rara». Así empezó Heim su explicación sobre el grupo, que llega a Madrid con diez bailarines de distintas nacionalidades y formaciones (entre ellas ‘capoeira’, luchas marciales y danza del vientre, además de las tradicionales). Son lo que el director define como «artistas totales».
«No somos sólo circo, sólo teatro o sólo danza. Tenemos una especie de narrativa abstracta y nuestros espectáculos no empiezan con un ‘érase una vez’. Presentamos distintos temas y todos son muy presentes, como el caos cotidiano, el amor, la fe y la lucha humana», matizó el director de origen francés, quien fue elegido por el Circo del Sol para crear la coreografía ‘Ka’, en cartel permanentemente en Las Vegas.
Amor, confinamiento y tecnología
El espectáculo está dividido en cinco piezas. La primera, ‘D2R-A’ (de 1995 y retrabajada en 2005), representa una metáfora sobre el caos de la vida cotidiana. Seguirá en el programa Knockturne (2006), un dúo que resume una historia de amor de seis años en seis minutos, y, enseguida, The Bench (2009), en la que los bailarines, a través de sus cuerpos, hablan de la presión, el confinamiento, la libertad, la huida y la posesión.
Por su parte, Humachina (2004), una contracción de las palabras «humano» y «machina», supone una fusión entre el hombre y la máquina en una pieza en la que destaca la perfección técnica. Completará el programa Trajectoire (1999 y 2001), ubicada en un galeón abstracto del siglo XXI y que refleja el mundo de las relaciones humanas. «Es un espectáculo para todo tipo de público», aseguró Manuel Gutiérrez, director de Veranos de la Villa.
Puertas, sillas o escaleras de decorados y estructuras surrealistas proporcionan el telón de fondo para el movimiento dramático, que dura una hora y media. «Me hubiera gustado estudiar arquitectura, por eso las coreografías son creadas desde esta perspectiva», detalló Heim, que desveló trabajar bajo influencias de diversos arquitectos, entre ellos Santiago Calatrava «uno de los más grandes del mundo».
«No sé nada de danza»
«Repito una y otra vez que no sé nada de danza», confesó el director, quien se calificó como «poco flexible» físicamente y «disléxico». «Por eso son fundamentales los bailarines; ellos ponen técnica a mis ideas. Nos basamos en el trabajo de equipo y la confianza», reveló Heim, quien se mudó a Estados Unidos para intentar ser actor («mi inglés era terrible», bromeó) y fue bailarín antes de formar la compañía.
«Todos compartimos las creaciones, es un proceso muy bonito», añadió el bailarín Omar Olivas. «Jacques nos lleva a lo máximo de nuestras posibilidades como artistas. En mi caso, me ha aportado el componente teatral, que sobresale en Diavolo», afirmó la bailarina Chisa Yamaguchi.
Diavolo Dance Theatre nació en 1992, en Los Ángeles, de la mano de Heim, haciendo su debut europeo en el Festival fringe de Edimburgo. A partir de ese momento han ofrecido representaciones por todo el mundo (en países como Escocia, Japón, Chile, México, Canadá, Corea del Sur, Brasil o Italia), creando también espectáculos por encargo para varios eventos internacionales.
En 2007, la compañía estrenó un proyecto que durará seis años y tendrá tres espectáculos presentados junto a la Filarmónica de Los Ángeles. El primero, Foreign bodies, fue creado para el director musical Esa-Pekka Salonen y presentado en el Hollywood Bowl. Actualmente Diavolo trabaja en la segunda parte de la obra, titulada Fearful Symmetries, con composiciones de John Adams.