Las autoridades permitieron la asistencia de los diplomáticos a la vista, celebrada en un pabellón del complejo penitenciario de Insein en el que Suu Kyi se encuentra encarcelada desde pasado 14 de mayo.
Con motivo de la vista, cerca de dos mil efectivos de las fuerzas de seguridad fueron desplegados en el perímetro de la prisión y en los accesos al barrio de Insein. Como en días anteriores, los diarios estatales publicaron hoy nuevas advertencias sobre las drásticas acciones que llevarán a cabo las fuerzas de seguridad ante cualquier protesta callejera por parte de los seguidores de la Nobel de la Paz.
Proceso hermético
El juicio estuvo dominado por ese hermetismo propio del régimen militar y las cortapisas que los jueces pusieron a los abogados que defendieron a la líder opositora.
Un aparente fallo en las medidas de seguridad permitió el pasado mayo que el estadounidense John Willian Yettaw cruzara a nado el lago que da a la parte trasera de la vivienda y se colara en el interior de la casa en la que la Nobel de la Paz cumplía desde hacía casi seis años la orden de arresto domiciliario impuesta por la Junta Militar por activismo político.
Suu Kyi fue acusada de quebrantar los términos del arresto domiciliario al cobijar dos noches en su casa a Yettaw, juzgado por infringir las normas de seguridad ciudadana. Yettaw, de 54 años y quien padece de diabetes, fue dado de alta médica anoche por los médicos del Hospital General de Rangún, donde estuvo ingresado una semana para recibir cuidado contra los ataques de epilepsia que sufre desde hace años.